Plan de choque en Bogotá | El Nuevo Siglo
Miércoles, 26 de Mayo de 2021

* $1,7 billones para empujar reactivación socioeconómica

* Acelerar la conjunción de esfuerzos de Nación y Distrito  

 

 

Sin duda alguna la capital del país es el conglomerado poblacional más golpeado por la pandemia y su duro coletazo socio-económico en Colombia. No solo es la ciudad con más contagios y decesos, sino que por obvias razones en materia de desempleo, retroceso productivo y aumento de la pobreza también está a la cabeza de afectaciones.

Al cumplirse quince meses de la emergencia por el covid-19 es claro que, más allá de algunos desencuentros, la conjunción de esfuerzos entre los gobiernos Nacional y Distrital ha permitido no solo fortalecer de forma superlativa el plan de contingencia sanitario, sino que la combinación de recursos de ambas instancias logró activar un inédito componente de subsidios y asistencia social, cuya cobertura, pese a la billonaria inversión presupuestal, todavía es insuficiente ante la persistencia de la crisis por el coronavirus.

En ese orden de ideas, es evidente que la Administración Distrital ha acudido a mecanismos de emergencia para enfrentar los desafíos de la pandemia en todos los órdenes. El año pasado debió reasignar múltiples partidas y priorizar gastos para enfocarse en la contención de la crisis. Para ello el Concejo ha sido determinante, al punto que aprobó en tiempo récord varios de los principales proyectos presentados por la Alcaldía en esta dirección, incluyendo el más alto cupo de endeudamiento de la ciudad en su historia ($10,7 billones) y el llamado “Plan Marshall” de inversión social. Estas dos estrategias se establecieron como la plataforma para seguir sufragando el operativo sanitario y sentar las bases de la reactivación productiva y social.

Sin embargo, esas dos apuestas no son suficientes. Se requieren medidas más audaces. En el plano nacional, por el ejemplo, el Gobierno lanzó meses atrás el llamado “Compromiso por Colombia” que aspira a invertir, entre recursos públicos y privados, más de 130 billones de pesos, con el objetivo de reactivar la economía, revertir el crecimiento de los índices de pobreza y generar no menos de dos millones de empleos. Incluso, el proyecto de reforma fiscal y social (tanto el que se hundió como el que está en proceso de redacción) apunta en esa dirección de equilibrar las finanzas públicas y seguir sufragando programas de subsidios y asistencia como el del Ingreso Solidario y otras líneas de atención a los más golpeados por la crisis pandémica. A ello se suma que en medio del complicado clima social y político derivado de la ola de paros y desorden público, el Ejecutivo lanzó varios planes de choque en materia de empleo juvenil y acceso a educación superior gratuita, entre otros, que tendrán impacto también en la capital del país.

Esta semana la alcaldesa Claudia López también presentó el que denominó “Plan de Cambio y Rescate Social” que busca destinar 1,7 billones de pesos para activar una estrategia de choque que beneficie a niños y niñas de la primera infancia, jóvenes, mujeres y familias en pobreza extrema. En otras palabras, la población más pobre y vulnerable de la ciudad que ha sufrido los efectos más recesivos de la pandemia.

Los objetivos de este plan de choque son muy ambiciosos: más recursos para seguir financiando la renta básica que se entrega a miles de familias bogotanas, con la meta de llegar a 950 mil hogares. Igual se plantean  más ayudas humanitarias de emergencia y que los niños entre cero y cinco años tengan garantizada la alimentación y educación. Asimismo,  se ampliará la asistencia educativa en niveles medio y superior, en tanto se destinarán más recursos al fortalecimiento de la microempresa y la construcción de obras, con el fin de generar miles de plazas de trabajo.

Tal como ocurrió el año pasado, el Cabildo es central en toda esta estrategia de choque socioeconómico. Por ello, más allá de los debates iniciales en torno a si este plan se presentó de forma tardía o si fue forzado por la ola de paros y el desborde violento de la protesta social, lo cierto es que el pleno de concejales tendrá que decidir si aprueba o no el proyecto de Acuerdo para la reasignación presupuestal de propondrá la Alcaldía el próximo 11 de junio. Es, sin duda alguna, un tema complejo en la medida en que deberá analizarse con cuidado el impacto de las partidas que serán reformadas y cómo encaja esta nueva estrategia dentro del “Plan Marshall” y los nodos de inversión establecidos inicialmente para los 10,7 billones de pesos del cupo de endeudamiento.

Por igual, no debe perderse de vista que la Nación seguirá cofinanciando el plan de contingencia sanitaria, social y económico en la ciudad. Y no solo en materia de capacidad instalada médica, vacunación y subsidios ordinarios y extraordinarios, sino en asuntos aún más complejos como el salvavidas financiero al sistema de transporte masivo, que está incluido en el articulado de la próxima y recortada reforma fiscal y social.

Como se ve, hay una apuesta ambiciosa en Bogotá, al ser claro que la dimensión creciente de la crisis exige medidas audaces.