Un Marco Fiscal fundamental | El Nuevo Siglo
Viernes, 18 de Junio de 2021
  • La nueva Ley de Solidaridad
  • Derroteros de la recuperación

 

Se ha dicho que la diferencia entre disponer de un Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP) y no tenerlo, es lo mismo que emprender un viaje aéreo con radar o apoyado solo en simples instrumentos visuales.

El Marco que el Ministro de Hacienda presentó al Congreso, como lo ordena la ley el pasado martes, lo que hace precisamente es visualizar el horizonte fiscal del país con una perspectiva de largo aliento (10 años) y permite vislumbrar dónde están las fortalezas y los cúmulos nimbus de las finanzas públicas nacionales.

¿Cómo se evalúa, en primer lugar, el crecimiento económico del país en este documento? Para el 2021 se proyecta un incremento del PIB del 6% y a partir del 2022 del 4,3%, guarismo en torno al cual deberá estabilizarse el dinamismo de la economía en la década venidera. Es relativamente optimista el Marco al vaticinar que este año creceremos un 6%, un punto más que el último pronóstico oficial. Ojalá que así sea. Sin embargo, la agudización de la pandemia en las últimas semanas y los efectos desastrosos del paro y los bloqueos sobre la economía nacional, que según los propios cálculos del Gobierno le propinaron un rudo golpe al aparato económico que puede valorarse en $11,9 billones, nos hace ser cautos en cuanto a esas proyecciones para este año.

Tanto la pandemia como el estallido social desencadenaron una presión inmensa de gasto público sobre las cuentas fiscales, que se refleja en el déficit de las cuentas oficiales que proyecta el mismo Marco. El desajuste de las finanzas estatales ubica dicho indicador al finalizar este año en 8,6% del PIB y el año entrante en 7%. Esta proyección muestra -por la persistencia de un déficit alto- que el país permanecerá en emergencia fiscal en este año y el siguiente.  Periodo para el cual el mismo Marco estima que será necesario mantener un nivel de gasto público expansivo. De esta forma, el ajuste fiscal propiamente dicho solo empezaría a darse del 2023 en adelante.

Lo anterior se ve corroborado en las proyecciones de deuda pública como proporción del PIB que trae el documento presentado por el Ministro al Parlamento. Al comenzar la pandemia el nivel de deuda del Estado central era de 50,3% y para 2023 ese nivel se estima que ascenderá al 69%. Es decir, casi 20 puntos porcentuales de incremento. Tal es la herencia de mayor deuda pública que ha sido necesario contratar para financiar (y seguir haciéndolo) el inmenso gasto oficial para enfrentar -o al menos contrarrestar parcialmente- las graves consecuencias de la pandemia. Una deuda que, valga decirlo, también es inferior a la que presentan muchos otros países.

¿Cuál es la estrategia fiscal que se traza en el Marco referido? En primer lugar, la reforma tributaria que será presentada el próximo 20 de julio. Esta iniciativa, que ahora se denomina “Ley de solidaridad”, evitará caer en los errores de la reforma fallida del exministro Carrasquilla. Deberá recaudar -en una primera instancia- entre 10 y 12 billones de pesos. A partir del 2023, como lo advierte el mismo documento, y una vez que la economía del país empiece a estabilizarse, serán precisos esfuerzos tributarios adicionales.

La estrategia fiscal a corto plazo contempla también medidas direccionadas a la venta de activos públicos (muy probablemente las acciones que la Nación posee en ISA). Se plantean igualmente expectativas de ingresos favorables por los mejores precios esperados del petróleo, que se estima permanecerán en niveles promedio de 65 dólares el barril gracias a la recuperación de la economía mundial. La inversión extranjera directa es otro factor de optimismo que  deberá ayudar, junto a las remesas de los compatriotas que viven y trabajan en el exterior, al financiamiento de nuestra balanza de cambios.

Vale la pena mencionar por último que el Marco Fiscal de Mediano Plazo anuncia el restablecimiento de la Regla Fiscal a partir del 2023, diseñada sobre cánones técnicos distintos a aquellos que regían cuando su aplicación fue suspendida. El principal de los cuales es una referencia a un nivel de endeudamiento dado que no podrá sobrepasarse en ninguna circunstancia. Se espera que este restablecimiento del “ancla fiscal” brinde seguridades a los observadores internacionales y en especial a las agencias calificadoras de riesgos.

En síntesis: se trata de un documento serio y bien trabajado que resulta muy útil para preparar, de manera congruente, otras piezas legislativas que se avecinan, como la misma reforma tributaria que se está construyendo y el presupuesto para la vigencia del 2022.