Un empalme proactivo | El Nuevo Siglo
Domingo, 24 de Junio de 2018
  • Hacia una ordenada y tranquila transición
  • El proyecto de la JEP: del afán no queda…

 

TRAS ocho días de las elecciones presidenciales el país parece haber respirado profundamente. En una semana se ha presentado un cambio de tónica general y los miedos que existían sobre lo que podría pasar en las urnas se han disipado paulatinamente.

De hecho, las reuniones del presidente electo Iván Duque con los diferentes estamentos de la justicia y varios partidos políticos, así como con miembros del Congreso han generado tranquilidad. Esto resulta importante en la medida, por ejemplo, que a las altas Cortes se les planteó la necesidad de avocar prontamente la reforma a la justicia con el concurso de ellas. No quiere decir esto, por supuesto, que si no se logra el consenso la modificación estructural pueda quedar de nuevo suspendida. En la última ocasión lo que ocurrió fue que no se escucharon debidamente a los presidentes de los máximos tribunales y tan solo se les dio media hora, una mañana, en algunas de las audiencias públicas del Congreso que votó la llamada reforma de Equilibrio de Poderes, que luego, en el examen de exequibilidad, terminó prácticamente sin mayor contenido por la cantidad de errores de forma y fondo en el trámite legislativo.

Ahora, desde luego, el consenso debe asumirse de antemano para que la reforma llegue al Congreso con una dinámica positiva. En ese sentido es bueno que se vayan adelantando las comisiones correspondientes y que, igualmente, se cite a los expertos para sacar avante ese propósito nacional.

Del mismo modo, las entrevistas del Presidente electo con los titulares de la Procuraduría, la Contraloría y la Fiscalía generales hacen presumir que se puede construir un gran frente contra la corrupción. Esta semana, por ejemplo, el jefe del ente acusador, Néstor Humberto Martínez, sacó a la luz pública los tenebrosos casos de fraude electoral que previamente había calificado de “nauseabundos”. En ellos están comprometidos varios partidos y, de acuerdo con el Fiscal, es solo el inicio de una serie de revelaciones que prometen ser más impactantes, por los diferentes sistemas descubiertos para llevar a cabo las maniobras fraudulentas. En ese sentido, la composición del Congreso a posesionarse el próximo 20 de julio parece haber quedado en vilo y es posible que se modifiquen tanto los umbrales partidistas como varias de las curules. De otra parte, la próxima semana el Consejo Nacional Electoral dará a conocer si el senador electo Antanas Mockus está o no inhabilitado para el cargo, a raíz de algunas presuntas incompatibilidades suscitadas por ser representante legal de Corpovisionarios y, en esa condición, haber firmado algunos contratos con el Estado dentro del periodo prohibido antes de la fecha de elección parlamentaria.

Muchas de las situaciones anteriores indican que así como es perentoriamente necesaria una reforma a la justicia lo es, de la misma manera, la política. Seguramente en las reuniones del Presidente electo con algunas bancadas parlamentarias se habrá adelantado en la materia, pues cada día se demuestra, con mayor certeza, que no puede aplazarse el trascendental tema.

De otro lado, las comisiones de empalme se instalaron rápidamente y se observó un tono sereno y pausado en los comités respectivos. El propio mandatario entrante ha dicho que, en algunos casos, construirá sobre lo construido y en otros habrá virajes trascendentales. En todo caso está en marcha, con solución de continuidad, la transición gubernamental sin que hasta el momento se hayan presentado mayores contratiempos.

En otro escenario está ciertamente pendiente el proyecto de ley procedimental de la JEP y aunque la Corte Constitucional ha dicho que aquel es independiente de la ley estatutaria correspondiente, todavía no está claro qué ocurrirá la próxima semana en el Senado. De suyo, el asunto va mucho más allá del inciso meramente procesal señalado por el alto tribunal en un pequeño comunicado. De lo que se trata, por el contrario, es de que la Corte emita su dictamen final sobre la ley estatutaria a fin de que el reglamento sea un desarrollo de los requerimientos normativos allí establecidos. Es lo que dicta la sindéresis y la hermenéutica jurídica, mucho más allá del asfixiante apresuramiento que ha tenido toda esta legislación extraordinaria y que ha servido de base para muchos traspiés en el proceso de paz con las Farc. Es mejor adoptar el reglamento de la JEP con la mayor y debida sindéresis, y no estar, por el simple afán gubernamental, impelidos a cometer nuevos yerros. Nada se pierde, en procura de una normativa más adecuada, con esperar 20 días a la próxima legislatura.

En general, la transición gubernamental ha resultado más tranquila de lo esperado. No quiere decir ello, por descontado, que no se vaya a aplicar el mandato íntegro otorgado al Presidente electo en todos los aspectos por los cuales ganó en las urnas, concitando la votación más alta en la historia del país.