Benjamin Grosvenor, un titán de la música clásica | El Nuevo Siglo
Foto cortesía Teatro Mayor
Miércoles, 12 de Junio de 2019

“POÉTICO y sutilmente irónico” es como algunos califican en la industria de la música a Benjamin Grosvenor, de 27 años, uno de los pianistas más jóvenes y aclamados en el mundo, quien vuelve a las tablas de Bogotá este jueves con las obras de compositores como Robert Schumann, Leos Janáček, Sergei Prokofiev y Franz Liszt.

El británico, catalogado como uno de los artistas más excepcionales de la actualidad, ha ganado terreno en la industria por sus muy complejas interpretaciones, un talento que se fue construyendo cuando a sus cinco años tocó por primera vez el piano. Ya a los 11 obtuvo el triunfo en la final de piano de la BBC Young Musician Competition.

Este jueves, por segunda vez, el sonido distintivo del prodigio del piano engalanará el escenario del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, con un concierto “que tendrá una mezcla de tradiciones pianísticas y piezas de distinto nivel con un poder para el intimismo. Un recital para sentarse, cerrar los ojos y entrar en ese mundo íntimo que permite seguir creando una fantasía”, le dijo a EL NUEVO SIGLO, Pedro Sarmiento, crítico de música.

Grosvenor interpretará piezas que fusionan diferentes tradiciones del piano con obras de compositores del Romanticismo en el Siglo XIX como del alemán Robert Schumann o de Franz Liszt. También, tocará obras de compositores del Siglo XX como de Leos Janáček, quien se caracterizó por tener un estilo tanto clásico como moderno y del ruso Sergei Prokofiev, con sus melodías que llevan al “impresionismo musical”.

 

Robert Schumann

La obra Blumenstück del compositor alemán Schumann, la cual hará parte del repertorio, está escrita para un público amateur, una pieza que hacía parte de la cultura del Siglo XIX, en la que se practicaba la música doméstica y que aunque no fuera interpretada por profesionales, poseía un nivel avanzado de recursos técnicos.

“Es una obra que está hecha para el disfrute y sobre todo estas obras originalmente no se tocaban totalmente en salas de concierto, sino que pertenecían a la práctica de tocar en las casas, generalmente de aristócratas”, mencionó Sarmiento.

Para el experto en música, Kreisleriana, otra de las obras del concierto, al igual que Blumenstückm, eran interpretadas en su mayoría por mujeres de la época a en sus casas, pues pasaban más tiempo tocando el piano, mientras que los hombres se dedicaban a otras labores.

 

Franz Liszt

Grosvenor, además, tocará Réminiscences de Norma (Bellini), una de las óperas más famosas de la época del Romanticismo, perteneciente no solo a la costumbre de la música doméstica, sino a la tradición de los compositores que hacían homenajes a las óperas más icónicas del momento, llamadas “fantasías”.

“Las fantasías eran una forma de llevar la música popular a la casa porque la ópera aunque se considera como de élite, en realidad era un entretenimiento público. La música popular era para personas que tenían un gusto más refinado, pero finalmente que se pudiera hacer en el entorno doméstico, pues era parte también de un sistema económico de la música”, comentó Sarmiento.

 

Leos Janacek

Piano Sonata 1. X. 1905 "The Street", del compositor checo Leos Janacek, también será incluida dentro de la programación. Una obra con un nivel de dificultad alto, caracterizada por la influencia de algunos elementos de la escuela de Liszt, pero a su vez rompiendo con la tradición romántica, formando un estilo nuevo de composición.

“Ya comienza a buscar unos ritmos un poco más quebrados, unas soluciones tonales distintas, a romper la predicción que generalmente lleva la tonalidad y esto era bastante novedoso para la época. Hace parte de la corriente del Pos-Romanticismo, por esa razón tiene muchos elementos del siglo anterior, pero ya comienzan a incluir algunos elementos de ruptura en el estilo de composición”, dijo Sarmiento.

 

Sergei Prokofiev

Grosvenor traerá al escenario el “impresionismo musical”, que se enmarca en la obra Visions Fugitives, una pieza que se aleja de la idea de definir musicalmente un objeto y se acerca a la de “poder ir generando una serie de momentos y de atmósferas que están lejos de lo que sería una música de danza o unas variaciones sobre un tema operático, sino que simplemente son música de arte”.

Para Sarmiento, Prokofiev se ubica en la época del Impresionismo, donde la concepción del piano empieza a cambiar, ya que no se concebía una escritura pianística ligada a una orquesta sinfónica como se veía en el Siglo XIX, sino que este instrumento se percibe como independiente.