La voz de los empresarios | El Nuevo Siglo
Domingo, 2 de Junio de 2019
  • Sector privado pide rodear al Gobierno
  • Urge esquivar el abismo institucional

 

 

El Presidente de la República encarna, por mandato constitucional, la unidad nacional. Y es por ello que en momentos en que asoman situaciones nocivas que parecieran enrutar al país por el abismo de la crisis  institucional, lo que se requiere de los sectores más representativos e influyentes es la expresión de respaldo abierto y decidido al Primer Mandatario, la legitimidad estatal y la confluencia de esfuerzos del sector público y privado para afrontar las problemáticas estructurales y coyunturales.

Para nadie es un secreto que las semanas recientes han sido particularmente movidas en los frentes político, económico, social e institucional. La economía tuvo un crecimiento menor al esperado en el primer trimestre y el desempleo sigue subiendo; la accidentada implementación del acuerdo de paz no hay día en que no genere un pico de crisis y discusión nacional; pese a los esfuerzos de las autoridades no se detienen los asesinatos de líderes sociales; las disidencias de las Farc y otros grupos armados ilegales aumentan su accionar; el boom narcotraficante pareciera no tener reversa; el desborde fronterizo de la tragedia humanitaria provocada por la dictadura venezolana crece exponencialmente; la agenda legislativa prioritaria naufraga en medio de un pulso partidista irresoluto; los fallos y decisiones de los jueces y altas Cortes sorprenden y hasta causan incertidumbre; asoma un ataque sistemático a la legitimidad e imagen de las Fuerzas Militares; y el ambiente preelectoral comienza a enrarecerse en medio de denuncias de trampas y politiquería… Todo ello ha generado un clima de pesimismo muy marcado en la opinión nacional y desde muchos sectores se urge la adopción de medidas ordinarias y extraordinarias para hacer frente a ese cúmulo de circunstancias.

Es, precisamente, en momentos como estos en donde corresponde a los líderes sectoriales dar ejemplo, por más que persista un clima de polarización. Esa contradicción de criterios en distintas materias es normal que exista en mayor o menor grado, más aún visto que los ambientes de unanimismo tienden a esconder diferencias que es mejor dejar aflorar. Lo importante, en todo caso, es que se privilegie el destino de la nación y de los colombianos por encima de los intereses particulares. De allí la importancia de las manifestaciones de distintos gremios y cónclaves empresariales en los últimos días rodeando al Presidente de la República y concitando la necesidad de consensos en torno a su gestión y el objetivo de llevar al país a un mejor futuro para todos.

La carta firmada por más de 500 empresarios de todo el país, dada a conocer en el marco de un encuentro del Mandatario con centenares de dirigentes del sector productivo, que tuvo lugar esta semana en la Cámara de Comercio de Bogotá, fue enfática en cuanto a respaldar y reconocer varias de las políticas de gobierno, relievar las metas del recién aprobado Plan Nacional de Desarrollo así como en destacar el compromiso presidencial por recuperar y fortalecer la legalidad “como principio institucional que comprende la garantía de la seguridad ciudadana y del debido funcionamiento de la justicia; elementos necesarios para que el emprendimiento desarrolle todo su potencial como motor de inversión, producción y crecimiento”. De la misma manera, reconocieron la posición del Presidente en la defensa de la institucionalidad democrática y de la necesaria estabilidad y seguridad jurídica. “La justicia no puede parcializarse, politizarse, ni ser relativa en medio de procesos en los cuales la conveniencia o el interés nacional debe ser unánime”, enfatizó la carta.

De la misma manera, en los últimos días estuvieron en la Casa de Nariño varios líderes gremiales con quienes el Jefe de Estado hizo un análisis de las realidades nacionales en distintos flancos, especialmente en cuanto al económico. Al final de esos encuentros los voceros de los sectores productivos reiteraron la necesidad de apoyar al Ejecutivo y buscar consensos para mejorar la eficacia de varias medidas. “El diálogo que se tiene con el Gobierno y las diferentes carteras es un elemento que permite no solo encontrar puntos de mejora, sino consolidar aquellos que se han venido haciendo bien”, dijo el presidente del Consejo Gremial Nacional, al tiempo que pidió no generar desconfianza en temas económicos “acuñados en materia de la polarización”.

Como se dijo, hay momentos en las coyunturas nacionales en donde hay que dejar de lado las diferencias de ópticas y criterios, y pensar en lo que más le conviene al país. Los empresarios más representativos del sector privado están dando ejemplo de ello. No se trata de caer en el unanimismo o de sacrificar el libre debate de las ideas. Tampoco de forzar acuerdos superficiales que si bien impactan temporalmente a la galería, en poco tiempo se rompen por su fragilidad de origen. Se trata de ver y reconocer al Presidente de la República como quien encarna a la unidad nacional y respaldarlo como tal. Solo así podremos esquivar ese abismo al que la crisis institucional pareciera querer enrutar a Colombia.