Luchas sin tregua ni cuartel | El Nuevo Siglo
Sábado, 6 de Junio de 2020

Es más que evidente que esta pandemia, con todos sus efectos y consecuencias, está golpeando muy duramente a todos los colombianos, tanto ricos como pobres, Pero muy especialmente a estos últimos. Pero también ha contribuido a que seamos mucho más sensibles y comprensibles. Cuando uno se encuentra solo y en cierta forma desamparado, es más proclive a tratar de entender lo que pasó y está pasando. Y sobre todo, mucho más solidarios.

La principal enseñanza que nos debe quedar es que no se debe vivir el día a día. Hay que ser precavidos y, sobretodo, se debe estar adecuadamente preparado y no dejar que lo que venga se deje a la buena de Dios y del simple azar. La velocidad y profundidad  de los daños que causan este tipo de desastres deja muy disminuida nuestra capacidad de respuesta. Y mientras no tengamos disponibles las vacunas. -parece que habrá que esperar dos años- es muy poco lo que podamos hacer distinto del confinamiento y del  distanciamiento sociales.

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Otro frente que no da tregua y que cada día se complica más es el de la erradicación de los cultivos ilícitos. Llevamos varias décadas utilizando diversos métodos, desde la erradicación manual hasta la aspersión aérea, sin mayores resultados, porque la siembra ilegal se extiende más rápidamente y cada día cubre más zonas. Es de tal proporción esta actividad criminal que ni el coronavirus ha podido detener sus embates.

Lo más grave del asunto es que parece no existir ningún tipo de coordinación entre todos los niveles de autoridad para evitar su exponencial crecimiento. Ahora se ha venido a descubrir el contubernio que existe con no pocas de estas autoridades. Y para agravar la situación los programas de siembra de cultivos alternativos no están dando los frutos esperados. Por ello es que no hemos podido librarnos definitivamente de seguir siendo una "narco economía".

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Las frustraciones no paran.  Otra lucha poco productiva ha sido la que nos hemos empeñado contra la corrupción. Hoy sus estragos están permeando, casi en igual proporción, tanto al sector público como al privado. El afán de enriquecimiento exprés está enquistado a todos los niveles y en todos los sectores. Es realmente alarmante cómo la ética está ausente del devenir nacional.

Por ello es muy gratificante la alianza que están haciendo la Procuraduría, la Fiscalía y la Contraloría a nivel nacional, para luchar contra este flagelo. La vergüenza mayor: hasta la propia contratación pública para luchar contra los corruptos, está infectada...

Adenda

La China continental, convertida en la primera potencia mundial gracias a su acelerado crecimiento y por su inmenso caudal de recursos humanos y técnicos, se está convirtiendo en un dolor de cabeza para Gran Bretaña y para los Estados Unidos. Luego de negarse a compartir con el resto del mundo sus investigaciones sobre el "coronavirus" y de ser aparentemente culpable por haberlo manipulado, está cambiando las reglas de juego sobre la seguridad y autonomía de que goza Hong Kong.