Ser padre hoy | El Nuevo Siglo
Martes, 23 de Junio de 2020

El día del padre ya tiene un arraigo importante. Para algunos, como el día de la madre, aunque no deja de tener su connotación comercial, es una de las ocasiones para dar una expresión especial de cariño de los hijos a sus papás, como lo pretenden ser estas manifestaciones en el mundo, que puede pegar duro a aquellos que no tuvieron la oportunidad de vivir esa grandeza.

Hoy se tiende a resaltar el rol del padre en la relación con los hijos como una función compartida con la madre. Se insiste, con un término bastante rebuscado como el de las nuevas masculinidades, en naturalizar su involucramiento en la educación, la formación, el juego y el devenir diario y son los mismos hijos quienes lo promueven.

En principio, el día del padre parecía ser una especie de competencia o de reivindicación hacia los padres frente a un fuerte protagonismo del día de la madre y si bien tardó en arraigarse, ya no lo es así. Quien lo creyera que es una institución desde principios del siglo XX, por el año de 1910, cuando una estadounidense Sonora Smart Dodd, quiso rendir un homenaje a su padre a quien le había tocado solo levantar la crianza de sus seis hijos.

Y es verdad. Hoy se valora mucho la labor de las madres cabeza de hogar y pocas veces se piensa que también hay hombres cabeza de hogar o por demás padres, que se casan por segunda vez y comparten como si fueran sus propios hijos, la educación y el afecto por los hijos de su esposa.

Digamos que para ser un buen papá no se necesita una directriz estatal, sin embargo, en el ánimo de promover hogares que cultiven entornos saludables –que suena redundante- si se impulsan, con esa definición de las nuevas masculinidades, transformaciones socioculturales, desde las escuelas de padres en los colegios, los ministerios de educación y las secretarias de la mujer, acciones que desmitifiquen responsabilidades antes asociadas solo para las mujeres en especial referidas a la paternidad y maternidad compartida y a la disminución de violencia intrafamiliar.

Esa denominación de las nuevas masculinidades parte de la consideración cultural que se tiene de lo masculino, para romper con ciertos imaginarios colectivos y desinhibir el pensar que hay acciones que no le son propias al hombre hacer, muchas veces machistas, e impulsan nuevas formas de relacionarse, aunque cada cual finalmente se comporte según su ética, ejemplo y parecer. Lo importante al final es poder guardar el mejor de los recuerdos de un padre amoroso, entrañable y guía del camino.

*Presidente Corporación Pensamiento Siglo XXI

uribemariaelisa@gmail.com