La teledemocracia | El Nuevo Siglo
Jueves, 15 de Julio de 2021

En los países del mundo occidental que profesan los valores del sistema democrático y que han vivido marchas y movilizaciones ciudadanas en los últimos tiempos, como Francia y varios países latinoamericanos, se está reviviendo el debate entre las nociones de democracia directa y democracia representativa. Y lo que realmente está incidiendo en este debate, dicen los politólogos, es la influencia de las nuevas tecnologías como instrumento para ejercer vigilancia sobre el ejercicio del poder y la marcha del Estado en la formación de la opinión pública.

Recordemos que hasta antes de la llegada del celular y que conociéramos la fuerza que hoy han adquirido las redes sociales, la ciudadanía en las regiones se informaba, básicamente, a través de la radio y la televisión, si tenemos en cuenta que lo periódicos y las revistas circulaban más que todo en las ciudades capitales y un poco en las intermedias. Hoy con la revolución de las tecnologías, que incluye las telecomunicaciones, la gente se informa más por las redes sociales con el apoyo de los celulares y los computadores, que se han convertido, a ningún costo, en el vehículo más eficaz de trasmisión de toda clase de información   sobre lo que sucede en la vida cuotidiana de los países.

En el mundo en que vivimos todos nos informamos muy rápidamente sobre el alcance de una política pública, de una decisión administrativa, sobre el contenido de una ley, de un decreto, de un acto legislativo o de una circular, que a diario se expiden y que permiten que la persona interesada le haga seguimiento en forma muy ágil a la marcha de la administración pública en general. Ha sido tan eficaz el mecanismo de las redes sociales como sistema de información y de comunicación que, inclusive, las grandes manifestaciones públicas que conocimos en el pasado en el marco de los procesos electorales le han cedido terreno al internet para crear esos lazos de comunicación.

A este respecto, el célebre jurista Español Antonio Pérez Luño sostuvo en un escrito que “el signo de nuestro tiempo se distingue por la omnipresencia de las tecnologías en todos los aspectos de la vida individual y colectiva. En los últimos años se ha ampliado decisivamente la influencia de las nuevas tecnologías en amplios sectores de la experiencia científica y política, y ello no ha dejado de tener puntual repercusión en el alcance y ejercicio de la ciudadanía en las sociedades democráticas.”

Es lo que algunos politólogos llaman teledemocracia, es decir, la aplicación de las tecnologías al proceso democrático en el entendido de que con ello se refuerza la presencia de la ciudadanía en todas las esferas a de la vida pública, lo que hará posible que los ciudadanos controlen todas las manifestaciones del poder. Sus defensores buscan que “la titularidad del poder y su ejercicio real se integren gracias a la versión teledemocrática de la soberanía popular.”

Continuaremos con el análisis sobre las formas de realizar el ideal democrático. Entre nosotros no se ha dado mucha aplicación a los mecanismos propios de la democracia directa que existen en la Constitución.