Nadie nos mira, drama del autoexilio | El Nuevo Siglo
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Martes, 10 de Julio de 2018
Claudia Beltrán

La hipótesis que la directora Julia Solomonoff desarrolla en su película Nadie nos mira es la búsqueda del sueño americano, ese por el cual muchos dejan todo atrás con la creencia de que materializarán todos sus proyectos y se solucionarán todos sus problemas pero que, sin embargo, la mayoría de las veces no es así.

Solomonoff co-escribió esta película junto a Christina Lazaridi. Su reparto está formado por los actores Guillermo Pfening, Cristina Morrison, Paola Baldion, Rafael Ferro,  Marco Antonio Caponi, Mariana Anghileri, Ava Tracy, ana Carolina Lima, Mirella Pascual y Noelle Lake. Nadie nos mira fue coproducida por cinco países: Argentina, Colombia, Brasil, España y Estados Unidos.

La historia gira en torno a Nicolás, un actor argentino que debido a un desengaño amoroso decide probar suerte en Nueva York, pero pronto descubre que por su aspecto físico no encaja ya que es demasiado caucásico para parecer latino, y tiene un acento demasiado cerrado para parecer estadounidense.

Es por ello que Nico termina trabajando como cuidador de Theo, un bebé al que va a quedar unido de forma inesperada. A través de Theo conoce a un grupo de niñeras latinas en el parque que frecuentan. Es entonces cuando descubre las experiencias de otros inmigrantes, algunas mucho más duras que la suya, lo que le lleva a enfrentarse con la naturaleza destructiva de su exilio autoimpuesto.

El argentino Guillermo Pfening fue el encargado de dar vida a este personaje y con éste ganó el premio al mejor actor de película extranjera en el Festival de Tribeca, en Nueva York. En diálogo con EL NUEVO SIGLO habló de su experiencia:

EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo fue trabajar en Nadie nos mira?

GUILLERMO PFENING: Bueno para mí fue una experiencia muy rica porque mi personaje Nicolás, tiene mucho carisma, muchas caras, matices; entonces fue un gran desafío poder abarcar toda esa personalidad que tenía el personaje.

ENS. ¿Cómo fue la creación del personaje?

GP: Por un lado Nicolás es actor y bueno yo Guillermo también, entonces es algo con lo que me sentía simpatizado en el sentido de ir a audiciones, de ser rechazado, ser señalado en el sentido que hay algo ahí que en algún lado siento que me representa. Yo también me mude de un pueblo pequeño a la gran ciudad y también de alguna manera a todos nos han roto el corazón. Entonces un par de sentimientos con los que la gente se identifica, comunica todo. Esto del amor toxico. También hice unos ejercicios en Nueva York antes de filmar. Trabajé en bares, la directora me mandó a fiestas, sin dinero y sin tarjeta de crédito y te las tienes que arreglar para que alguien te invite un trago. Cosas así que vive el personaje. Cuatro meses viviendo en Nueva York filmando la película y la ciudad es un personaje más, que poco a poco se fue metiendo por los poros de mi piel y en Nico.

ENS

ENS: ¿Durante esos cuatro meses que aprendió de Nueva York que pudiera darle un valor agregado para la película?

GP: Yo creo que lo que aprendí en toda la experiencia es que no hay que estar todo el tiempo detrás de buscar el éxito, sino que hacer la experiencia, si quieres irte a Nueva York ve y si quizás no te está yendo bien te puedes volver, no quedarte tanto tiempo como Nico sufriendo. Puedes volver al lado de tu familia y amigos, sin que esto sea un fracaso, es otra experiencia.

ENS: ¿Cómo fue la selección del casting para la película?

GP: Yo no hice casting porque Julia ya me conocía y me convocó. Después en Colombia se hicieron castings, se presentaron opciones de actrices colombianas, lo mismo en Puerto Rico y luego en Estados unidos hicimos pruebas para buscar personajes con chicos. Pero fue un proceso más de construcción junto con Julia que de casting.

ENS: ¿Cómo fue el proceso de trabajar con personas de raíces tan diferentes?

GP: Bueno todos somos latinoamericanos y todos estábamos ahí, filmando una película en Nueva York, eso le dio mucho empuje a la película y bueno nada mucha diversión también y la pasamos muy bien.

ENS: ¿Cuánto tiempo lleva en la actuación y cómo empezó?

GP: Llevo 20 años. Empecé estudiando periodismo y actuación. Al muy poco tiempo de hacer mi primer casting y quedé en una película en Buenos Aires. De ahí fueron más o menos cinco años de incertidumbre, de no saber si me gustaba, si era bueno, si me iban a convocar, hasta que empecé a hacer muchas películas y, bueno, hoy en día tengo más de 30 películas y eso es lo que me gusta hacer.

ENS: ¿Qué es lo que lo llevó a seguir el camino de la actuación?

GP: Creo que la perseverancia y mi sexta película “Nacido y Criado” de Pablo Trapero, una película que me dio a conocer. Luego, no me quedé sólo con eso, generé mis propios proyectos. Hice y dirigí Caito, mi ópera prima que nació como un cortometraje. También dirigí y dirijo teatro.

ENS: ¿Qué proyectos tiene ahora?

GP: En septiembre comienzo el rodaje de Bahía Blanca, una adaptación de la novela de Martín Kohan que estará dirigida por Rodrigo Caprotti. Es una película súper linda con un guion muy bien adaptado.

ENS: ¿Qué representa para usted la actuación?

GP: Para mí la posibilidad de jugar, de exorcizar, de sanar un montón de vidas. Por suerte tengo una profesión que es muy diferente todo el tiempo, me gusta. Pero también es una posibilidad de comunicar una visión del mundo y de ver las cosas.

Los invito a que vayan al cine y vean Nadie nos mira, porque es una película que habla del amor y por la que se van a sentir identificados y a que apoyemos el cine latinoamericano.