Enrique Gómez o el decoro | El Nuevo Siglo
Miércoles, 31 de Julio de 2019

El ilustre compatriota, abogado y economista, fallecido hace pocos días, estuvo vinculado al derecho, la academia, la política, el periodismo, la diplomacia. Fue claro en la expresión de sus ideas, buen contradictor, se destacó por el decoro, el apoyo a tareas de progreso, partidario de la convivencia y la cultura, defendió el sistema del Frente Nacional como adecuado para la consecución de la paz.   

El 14 de junio de 1953, Enrique Gómez Hurtado, hijo del presidente Laureano Gómez, derrocado el día anterior, fue obligado por acuciosos áulicos a presenciar desde uno de los balcones de la casa de Nariño la manifestación de respaldo al general Gustavo Rojas Pinilla, demostró temple antes de emprender con su familia el camino del exilio. Estuvo a la par de su hermano Álvaro en la defensa de ideas y principios conservadores, no logró descifrar los motivos por los cuales a este lo asesinaron en 1995 y menos el itinerario de la investigación destinada a la impunidad. Escribió el libro ¿Por Qué lo mataron? en el 2011 en el cual analiza con detenimiento el crimen de Estado y plantea la tesis de una conspiración destinada a ocultar relaciones delincuenciales, aprovechando la debilidad del “régimen”, las fisuras no de un gobierno sino de la organización constitucional.  Dijo: “A los ochenta y cinco años me resulta duro irme dejando abierta la herida por la falta de voluntad para esclarecer el asesinato de Álvaro Gómez”, a sus noventa y dos, a pesar de infructuosos esfuerzos, se marchó con la herida abierta.   

Lector ávido, realizó interpretación histórica, se preocupó por temas internacionales, participó en la asociación diplomática y consular, donde el coordinador y anfitrión, embajador José Joaquín Gori -quien culminó su existencia hace poco a los 105 años- planteaba temas trascendentes como los relacionados con las demandas de Nicaragua, la importancia de la carrera, la reorganización de la comisión asesora de relaciones exteriores y el papel de Colombia en los organismos internacionales. Siempre escuchaba con atención opiniones, dirigió el Nuevo Siglo, escribió editoriales y columnas, era ordenado expositor, compartía intercambio de información con sus discípulos en reuniones informales, Leyla Álvarez, ex secretaria personal de mucho tiempo, conserva su archivo, reiteraba la necesidad de aplicar el principio de autoridad conforme a derecho, insistía en la aspiración ciudadana de obtener pronta y cumplida justicia con la discusión y aprobación de una reforma integral.     

El decoro es la cualidad del que se hace valer como persona, se comporta con responsabilidad, respeto a sí mismo, hacia los demás. Ninguno es inmortal, las ideas quedan, al registrar la muerte de Enrique Gómez Hurtado destaco su condición humana, la de hombre digno.