Ocde avala plan económico de Colombia | El Nuevo Siglo
Gráfico el Nuevo Siglo
Miércoles, 8 de Julio de 2020
Redacción Economía
El organismo señala que el incremento de la deuda es aceptable, aunque a partir de este segundo semestre se deben tomar más medidas para que no se incrementen los riesgos financieros del país

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Al señalar que la economía colombiana está entrando en una profunda recesión, la peor en un siglo, impulsada por las medidas de confinamiento interno necesarias para limitar la propagación del Covid-19, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE), respaldó las medidas tomadas por el Gobierno para atender la emergencia sanitaria.

Al revisar la situación del país como miembro de ese organismo, señala que al igual que otras naciones ha recibido el impacto de la contracción económica mundial, la reducción de los precios del petróleo y el endurecimiento de las condiciones financieras.

Manifiesta la OCDE que “el Gobierno ha respondido rápida y audazmente a la conmoción sin precedentes. Las autoridades han puesto en marcha un amplio conjunto de medidas de socorro destinadas a amortiguar las consecuencias económicas de la pandemia. Las medidas han tenido por objeto prevenir la caída en la pobreza de los grupos más vulnerables, mediante la ampliación de los programas sociales y las nuevas transferencias de efectivo, incluidos los trabajadores informales, y los subsidios a los salarios para evitar despidos masivos de un empleo formal”.

 

Medidas

Señala la institución que para apoyar a las empresas, especialmente a las Mipymes, el Gobierno anunció la concesión de garantías de crédito, aplazamientos de pagos de capital de los préstamos existentes y contribuciones de pensión canceladas. El Banco Central redujo la tasa de política monetaria a niveles históricos bajos, inició las compras de activos y garantizó la provisión adecuada de liquidez tanto en el mercado financiero interno como en los mercados de tipos de cambio para apoyar la oferta de crédito.

Estas medidas ayudan a preservar los puestos de trabajo, las empresas y el capital, a la vez que ayudarán a la economía a repuntar gradualmente.

Menciona que Colombia registrará descensos en el número de personas ocupadas del 10,63% y del 12,58% -si existe esa nueva oleada-, será el país miembro que sufrirá el mayor descalabro debido a la situación de partida y a que, como buena parte de Suramérica, es una de las naciones más sacudidas por el coronavirus

Asegura en su informe que en caso de que se produzca un segundo brote de la pandemia a finales de 2020, el PIB disminuirá 7,9% en 2020 y una lenta recuperación gradual se retrasará hasta 2021. Si la pandemia se doma después de la actual contingencia, se espera que el PIB disminuya un 6,1% en 2020.

Sostiene que “la recuperación será moderada, liderada por mejoras en la confianza de los consumidores y una recuperación gradual de la inversión ayudada por una menor carga del impuesto de sociedades introducida en una reforma fiscal de 2019”.

Asegura la OCDE que “la política fiscal debe seguir apoyando los servicios de salud pública y preparar el sistema de salud para futuros brotes de Covid-19. Aunque el espacio fiscal es limitado, podrían ser necesarios recursos públicos específicos para apoyar la actividad económica en los sectores que más sufren las medidas de contención. Fomentar el empleo formal a través de impuestos más bajos sobre la nómina será clave para poner a la economía en una senda de mayor productividad y crecimiento inclusivo. La política monetaria debe seguir siendo acomodaticia y aliviarse aún más si fuera necesario”.

 

Cuidados

Sostiene la entidad que “las medidas de contención han resultado eficientes y el uso de camas de cuidados intensivos siguen siendo bajos, en comparación con algunos países de la región y los países más avanzados”.

Sostiene que en el país “se han aumentado los recursos para el sector de la salud para facilitar la adquisición de equipos médicos, ampliar las capacidades de prueba y proporcionar liquidez a la red hospitalaria”.

Dice el informe de la OCDE que “las empresas públicas de obras públicas, fabricación, construcción y comercio minorista han comenzado a operar bajo estrictos protocolos de salud, y algunas regiones, donde el virus es menos activo, han comenzado a levantar la mayoría de las restricciones”.

Indica el reporte que la actividad económica y las condiciones de financiación están deteriorando los riesgos a la baja que las perspectivas han comenzado a aumentar debido a los efectos adversos del brote mundial, los precios más bajos del petróleo y las medidas de bloqueo interno.

En su pronóstico, la OCDE insiste que la economía está entrando en una profunda recesión y la fuerte caída del precio del petróleo ha perturbado gravemente la recuperación a corto plazo y provocarán una recesión sin precedentes en 2020. Expone en su informe que “la inversión sufrirá una gran caída durante 2020, pero aumentará gradualmente ayudada por la reducción de los impuestos corporativos y las exenciones fiscales introducidas por la reforma fiscal a finales de 2019”.

 

Más recursos

Un mayor aumento del desempleo y la informalidad podrían requerir más recursos para apoyar la creación de puestos de trabajo formales. Con un espacio fiscal ya limitado, los déficits fiscales y la deuda pública más grandes proyectados podrían conducir a condiciones financieras difíciles. Otros riesgos representan la aparición de problemas de liquidez y solvencia entre las empresas, lo que conduciría a un deterioro de la cartera de crédito y, por lo tanto, afectaría la oferta de crédito y las vulnerabilidades financieras.

Una mayor aversión al riesgo global podría dar lugar a nuevas salidas de capital, presionando la moneda y ampliando aún más la prima de riesgo. Un nivel adecuado de reservas internacionales y la nueva línea de crédito flexible con el FMI podrían amortiguar las vulnerabilidades externas aumentadas junto con el tipo de cambio flexible. La política debe seguir apoyando la recuperación. Las medidas de apoyo para las familias y las empresas deben revisarse y adaptarse con el retorno gradual de la actividad económica, reorientando eficientemente las transferencias a los trabajadores vulnerables desempleados en los sectores más afectados y fomentando el empleo formal, mediante menores costos no salariales. El espacio fiscal se puede encontrar haciendo reasignaciones eficientes del gasto público, incluida la eliminación de numerosas exenciones en el sistema tributario.