Un triunfo y una deuda pendiente | El Nuevo Siglo
Viernes, 3 de Julio de 2020
  • 12 años de la emblemática “Operación Jaque”
  • Secuestrados siguen sin verdad ni reparación

 

En medio de un país volcado a enfrentar la emergencia sanitaria poco eco hizo la ciudadanía ayer a un hecho de especial relevancia: se cumplieron doce años de la llamada “Operación Jaque”, sin duda una de las páginas más gloriosas de las Fuerzas Militares en su larga, valiente y muy sacrificada lucha contra los factores de violencia en Colombia.

Conmueve recordar las imágenes y sensaciones de orgullo patrio de aquel 2 de julio de 2008, cuando se informó que en una operación planificada durante muchos meses y que requirió un riesgo mortal para todos los uniformados que participaron, se había logrado rescatar, sin realizar un solo disparo, a la excandidata presidencial Ingrid Betancourt, tres contratistas estadounidenses y once militares que llevaban varios años secuestrados por la guerrilla de las Farc, en una de las mayores muestras de ignominia y barbarie en el hemisferio occidental en las últimas décadas.

A medida que se fueron conociendo los detalles de cómo se planeó y llevó a cabo el operativo en las selvas del Guaviare, al tiempo que se revelaron los primeros videos sobre los momentos más críticos, le fue quedando claro al país y al mundo que se trataba de una de las acciones de rescate de rehenes mejor planificadas de la historia reciente, incluso llegando a recibir el calificativo de “perfecta”. Tanto el entonces presidente Álvaro Uribe como el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, bajo cuyo mando se ordenó la audaz acción, recalcaron que “Jaque” quedaría para siempre en la memoria de los colombianos como una evidencia del profesionalismo y el arrojo de una Fuerza Pública que no se rendía ante el terrorismo y la sevicia de los criminales.

Mucho tiempo ha pasado desde entonces y cada año el Ejército y el país recuerdan este capítulo brillante de su historia. Quienes fueron liberados renuevan su agradecimiento y felicitación a los artífices del “milagro” y los estrategas castrenses siguen recalcando que se trató de una operación sin par desde el punto de vista táctico y estratégico, que se ha convertido en modelo a nivel global entre los grupos especialistas en rescate de rehenes.

Es tal la trascendencia de esta acción, que en el penúltimo día de la legislatura que terminó el pasado 20 de julio, la Cámara de Representantes aprobó en último debate proyecto de ley por medio del cual se rinden honores a los miembros de las Fuerzas Armadas por la “Operación Jaque”. Es más, la futura norma contempla, que en Colombia se celebre cada 2 de julio el día de la “Valentía y Estrategia Militar Patria”, durante el cual las máximas autoridades administrativas del nivel nacional y territorial realizarán actos protocolarios en los cuales se destaquen a los miembros de la sociedad cuyas acciones se consideren valerosas y leales. Igualmente se otorgarán becas de estudio para pregrado o posgrado dirigidas al personal de inteligencia de las Fuerzas Militares y hasta se incluirá en próximas emisiones de billetes y monedas del Banco de la República ilustraciones que representen la valentía de las Fuerzas Armadas, en especial al éxito obtenido en la “Operación Jaque”. Igualmente se erigirá un monumento conmemorativo en un sitio emblemático del territorio colombiano.

Pero no todo es celebración. El nuevo aniversario de esta exitosa acción también pone de presente que muchas de las víctimas de las Farc (asesinados, secuestrados, desplazados, violentados sexualmente, extorsionados, amputados por minas ‘quiebrapatas’…) no han podido acceder a la verdad, justicia, reparación y garantía de no repetición que, se supone, eran la prioridad del proceso de paz firmado por el anterior gobierno con esa guerrilla, parte de ella hoy desmovilizada y convertida en partido político, incluso con curules automáticas en el Congreso. Si bien muchos de los plagiados rindieron doloroso e impactante testimonio ante las instancias de la Jurisdicción Especial de Paz (JEP), lo cierto es que el caso no ha tenido mayor avance y la impunidad continúa rampante.

Paradójicamente hace algunos días también se cumplió un año más del atroz asesinato en 2007 de los 11 diputados del Valle, masacrados por las Farc cuando creyeron que la Fuerza Pública los intentaba rescatar. Los familiares de los asambleístas, al igual que los liberados en Jaque, advirtieron que la justicia transicional no estaba cumpliendo el rol para el que fue creada. E igual ocurre con miles de víctimas de esa guerrilla que ven cómo pasan los años sin acceder a la verdad  ni a la justicia prometidas, mientras que sus victimarios no han sido condenados y, por el contrario, siguen en libertad y participando en política sin contraprestación objetiva alguna. La deuda con las víctimas sigue pendiente y no se va a corto plazo cuándo podrá saldarse.