Un pasaporte global | El Nuevo Siglo
Jueves, 5 de Agosto de 2021

Ahora estamos viviendo otro fenómeno más extraño aún que la misma pandemia. A la gente la están teniendo que rogar y motivarla con plata para que se vacune. Y es que la situación no es para menos…

EE.UU. planea abrir las puertas únicamente a turistas vacunados. Nueva York permitirá la entrada a restaurantes solo a vacunados. En Francia, el presidente Macron fue más contundente y drástico y prácticamente les cerró las puertas de todo a quienes no estén vacunados.

A la fecha, el país que supuestamente ya alcanzó la inmunidad de rebaño es Baréin, que ya completó el 71.42% de vacunados. De resto ninguno supera el 70%. En contraste, países como Sudán del Sur o Siria solo llevan el 0,04% y 0,05%, respectivamente. En esto se ve la desigualdad tan grande que hay en el acceso a las vacunas. Unos países no saben qué hacer para que se vacune la gente y en otros no saben qué hacer para conseguir una vacuna para la gente.

En este momento no vacunarse es el equivalente moral a desperdiciar comida o botarla sabiendo que hay países en los que muere la gente de hambre (covid).

Ya sea porque la corrupción no trajo las vacunas o simplemente la falta de plata está haciendo imposible conseguirlas es inaceptable que haya gente con acceso a los biológicos, pero su egoísmo y creencias estúpidas lo ponen a luchar contra la ciencia y no se vacunan.

Lo que debe estandarizarse es un pasaporte global y que debe consistir simplemente en la tarjeta que demuestra que se está inmunizado.

De otra forma será imposible detener las variables que vendrán y que de seguir así lograrán ganar su batalla contra las vacunas. No vacunarse es dejar una puerta muy grande a la desgracia económica, la depresión y finalmente la muerte. ¿Eso quieren los que no se quieren vacunar? Que nos sigamos sacrificando por ellos que quieren seguir su vida normal, ir a trabajar, ir a cine, viajar, salir a comer a restaurantes, ir a bares, a conciertos, futbol etcétera sin que represente hacer nada por los demás.

Como dijo Macron, yo tampoco pienso sacrificar mi vida por unos cuantos rebeldes sin causa que ahora saben más que la ciencia y no se quieren vacunar.

Ellos son enemigos de la humanidad. No quieren que la cosas mejoren y se atreven a decir que los culpables de las variables del covid-19 somos los que nos vacunamos.

El pasaporte global, como están las cosas, es la única forma de admisibilidad de una persona en la sociedad.

A los que no se vacunan les recuerdo que ya no están 4.252.958 personas que hubieran dado todo por vacunarse. Otros 200 millones están enfermas en este momento y tal vez morirán. Y que según el Banco Mundial hay 150 millones de personas en extrema pobreza por el covid-19.

Es inmoral e inaceptable no vacunarse si se tiene la posibilidad de hacerlo.

@juanfelipereyes@hotmail.com