Las siete preguntas | El Nuevo Siglo
Viernes, 24 de Agosto de 2018

Se llegó la hora de saber si realmente los colombianos son “buenos amantes” de la corrupción. Este domingo los sabremos y habrá caras largas, caras alegres y caras confundidas, según los resultados de las votaciones.

Otra vez estamos entre el SI y el NO. Entre la triquiñuela, la insensatez, la manía, la descomposición, y la catarsis, la honradez y la pulcritud. La venda que millones de compatriotas utilizan a diario para desconocer la realidad, pone a temblar a muchos, porque hay fuerzas bien conocidas que buscan el fracaso de la consulta. Es decir que quieren un NO rotundo.

La politiquería que nos ronda, nos azota y nos empobrece, está activa y actúa para que las cosas en Colombia sigan como hace tantos años: pervirtiendo y envileciendo.

El exceso de legalidad que nos rodea desde la creación de esta patria, permite que muchos, sin querer queriendo, expongan argumentos para señalar que no se requiere una elección como la del domingo, porque “tenemos suficientes leyes, decretos, resoluciones y normas” para controlar la corrupción. Y advierten que con el arsenal de disposiciones existentes se puede eliminar de una vez por todas la descomposición, la podredumbre y la corruptela que alimentan el soborno, el cohecho y demás depravaciones que permiten a los políticos y contratistas deshonestos, apoderarse de los dineros públicos y privados.

Por ello, vemos por los cuatro puntos cardinales de Colombia, obras a medio hacer o en ruinas que son “elefantes blancos”. Contratos incumplidos, niños muriendo de hambre, arcas vacías y nuestros dineros volando.

Son “billonadas” de nuestros dineros los que están en poder de los perversos, de los corruptos y de los ladrones de todos los cuellos que saquean a los colombianos de bien que tienen que apretarse el cinturón para que un Estado sin dientes se deje asaltar. Los corruptos se las idean para eludir la autoridad, el pago de impuestos, para sacar el producto de su rapiña al exterior y para pagar los “funestos servicios” de jueces y autoridades que se confabulan con los pillos.

Por todo lo anterior, urge que la consulta triunfe y no caiga en el despropósito que atravesó el plebiscito por la Paz. Ya nos están anunciando nuevos impuestos para cubrir el déficit que deja la corrupción.

Nada se dice de normas que permitan recuperar los dineros que salieron de Reficar, Vehicolsa, Dragacol, Agro Ingreso Seguro y millares de negociados más. Si se recuperaran esas platas, no habría necesidad de nuevos gravámenes, nuevas reformas tributarias y pensionales, que están orientadas a cubrir el saqueo de los corruptos.

Estas son las razones para salir a votar este domingo. Para poner fin al dinero fácil que enriquece a unos pocos y arruina a millones de compatriotas.

Los dientes que necesita el Estado para acabar con la corrupción, están en esas siete preguntas. Las preguntas de nuestra fortuna.

BLANCO: El regreso de los toros… para los taurinos.

NEGRO: La trampa que lleva la propuesta de un alza al salario mínimo.

gabrielortiz10@hotmail.com