Urgente ajuste en salud | El Nuevo Siglo
Foto cortesía Presidencia
Martes, 28 de Agosto de 2018
  • Cambiar el modelo no parece viable
  • Por una reforma integral y sistémica

Una de las mayores preocupaciones de los colombianos es, sin duda, la deficiencia en el sistema de atención en salud. Y, como en todo inicio de gobierno, la opinión pública está pendiente de las reformas y los ajustes que se planteen tanto desde el entrante Ejecutivo como del nuevo Congreso, en donde dicho sea de paso en apenas cinco semanas se han radicado varios proyectos de ley al respecto, que incluyen desde mecanismos para mejorar el servicio y la cobertura, hasta modificaciones radicales, como la desaparición o una ‘cirugía a fondo’ a las Empresas Promotoras de Salud (EPS).

Frente a esto último, ya el gremio que las agrupa advirtió que las soluciones no necesariamente pasan por tener más legislación al respecto, más aún porque una cosa es proponer acabar con estas entidades y otra muy distinta plantear un modelo viable y funcional para reemplazarlas. A ello se suma que las asociaciones que llevan la vocería de las clínicas y hospitales insisten en que más allá de si sobreviven las EPS o se convierten en gestoras o administradoras, poco se avanzará hacia la solución integral de la crisis mientras a las instituciones prestadoras de servicios se les adeuden más de siete billones de pesos. Y, claro, están las asociaciones de pacientes, afiliados y usuarios que consideran que mientras exista una normatividad que actúa como barrera más que una facilitadora de una atención médica de calidad, no importa cuál sea el modelo que se escoja para proporcionarla.

A todo lo anterior se agregan los sectores que consideran que el problema de fondo es que la Superintendencia del ramo no tiene el suficiente recurso humano, técnico y las facultades para imponer sanciones a los actores del sistema que no cumplen con los estándares de eficiencia. Por último, pero no menos importante, están las acciones de la Contraloría, Fiscalía y Procuraduría que evidencian constantemente cómo las redes de corrupción y de ‘cartelización’ empresarial se han enquistado en el sector público y privado para esquilmar los billonarios recursos que se destinan a la salud.

¿Qué hacer? El nuevo titular de la cartera ha delineado en las últimas semanas los ajustes que deben aplicarse. Por ejemplo, se planteará que la Unidad de Pago por Capitación (UPC) no se gire solo por el número de afiliados sino que se aplicará también un componente de calidad en la atención de las EPS. Paralelo a ello se plantea un fortalecimiento funcional de la Superintendencia, mayor dinamismo de alcaldes y gobernadores en salud pública así como mecanismos para el reconocimiento del talento humano y asegurar la sostenibilidad financiera del sistema.

Por igual se propone impulsar la implementación del Modelo Integral de Atención en Salud (MIAS), el de Redes Integradas de Atención y el de Rutas Integrales para Patologías o para poblaciones con particular riesgo. Asimismo, se revisará lo relativo a la habilitación de las Instituciones Prestadoras de Servicios (IPS) y habrá un plan de rescate para los hospitales públicos… Todo lo anterior bajo un solo enfoque: el sistema de salud debe estar volcado hacia el paciente y no al interés económico de los actores del mismo. 

Como se dijo, la expectativa de la opinión pública respecto a los nuevos ajustes al sistema de salud es muy alta. Es claro, eso sí, que algunas de las modificaciones sólo requerirán directrices administrativas y reglamentarias, en tanto otras deben ir al Congreso para tramitarse como leyes y actos legislativos. Lo primero se puede hacer de forma rápida y ejecutiva, pero lo segundo requerirá más tiempo y sus resultados sólo se verán a mediano plazo.

Por el momento lo más importante es que hay voluntad de ajuste al sector de la salud. Un ajuste que debe realizarse con una visión integral y sistémica. Las modificaciones aisladas o desordenadas terminan siendo más perjudiciales que positivas. Plantear un borrón y cuenta nueva en todo el modelo, no parece ser la solución más adecuada para la coyuntura, menos aun cuando en otras latitudes las soluciones que algunos proponen para Colombia hacen agua.

Hay que trabajar sobre lo que se tiene, pero asegurándose de que los cambios no sólo se apliquen de forma decidida, sino que efectivamente haya una mejoría en la calidad y oportunidad del servicio médico. Ese debe ser el único norte de las reformas.