Dólar caro | El Nuevo Siglo
Jueves, 15 de Agosto de 2019

“Colombia siente tambores lejanos, pero también cercanos: Argentina”

 

Este resto de agosto será agitado en mercados financieros y comerciales del mundo.

Turbulencia del comercio global seguirá impactando el dólar, con volatilidad, pero con tasa de cambio fuerte para Colombia.

La agitación política entre Washington y China es apenas un síntoma del feroz sacudón de las bolsas internacionales.

El almendro del asunto pasa por tres frentes: nerviosismo en los mercados externos, temor de inversores y decrecimiento económico global.

Mientras soplen fuertes vientos del norte, Europa, Asia y China, la zozobra seguirá.

Colombia siente los tambores lejanos, pero también los movimientos cercanos desde la convulsionada Argentina.

La tasa de cambio se hizo fuerte en el país, principalmente debido a factores de economía internacional y el azare de inversionistas en bolsa.

Sin embargo, en el mercado interno, hay elementos oscuros que opacan el horizonte.

Mayor inflación este año, menor previsión de crecimiento económico, desempleo en alza y pobreza a granel.

Una anotación: empresas que exportan deben repotenciarse con el dólar caro.

Las compañías que se quejan a menudo por la revaluación, pues ahora deberían cambiar el chip. Dejar los pesares e invertir con los mejores reintegros por exportaciones.

Es tiempo de emprendimiento, de Economía Naranja, pero también de crecer.

Es época de innovar, modernizar, reconvertir, expandir y competir.

Si no se aprovecha el cuarto de hora del dólar caro, las empresas estarán condenadas al fracaso.

Una tasa de cambio fuerte debe llevar a una mayor productividad.

Generalmente los exportadores lloran cuando el dólar da pocos pesos. Con más pesos por dólar es preciso hacer un poco más.

Si industrias y el comercio se ponen a tono para competir en grandes ligas, será menos difícil generar puestos de trabajo.

Empresas vigorosas, que vendan y facturen más, producirán más y podrán abrir plazas. 

Hacer mucho más por el empleo.

Un entorno diferente afrontan los importadores. Bienes y servicios importados se encarecen y así mismo los precios al público.

En algunos artículos, principalmente digitales y electrodomésticos, ya se siente el aumento de precios.

En licores y joyería, acabados y materiales de construcción, el ajuste de precios se ve venir.

El efecto de la tasa de cambio sobre precios al consumidor es tardío en algunos bienes. Depende de los inventarios.

Los costos de vehículos importados, especialmente gama alta, ya reflejan la actual tasa de cambio.

Mientras flores, banano y café reciben más recursos por exportaciones, quienes importan maquinaria y equipos para agroindustria, asumen más costos.

Hay que convivir con dólar caro o barato.

Una economía en expansión, de crecimiento sostenido, con inversiones dinámicas en tecnología, comunicaciones, turismo y obras públicas, siente los coletazos, pero aguanta.

Una economía endeble, sin innovación, con infraestructura obsoleta, con inversores temerosos y patronos tacaños, sin apuestas reales de empleo ni imaginación para crecer y competir, termina perdiendo.

Con inflación ajustada al alza para este año, desempleo a granel y pobreza en su máxima expresión, Gobierno y empresarios deben mostrar de qué están hechos.