El primer año de Duque (II) | El Nuevo Siglo
Martes, 20 de Agosto de 2019

“Corrupción en infraestructura, herencia maldita”

Publicada mi columna anterior sobre el primer año de Duque, el DANE nos dio la buena noticia de que en el segundo trimestre el PIB creció al 3% y de que había corregido la cifra del primer trimestre del 2.8% al 3.1%. Esto fortalece las previsiones del año que, si bien no alcanzarán los niveles que necesitamos (del 5% como Chile) ni servirán para sacar a muchos colombianos de la pobreza, si muestran que la economía ha empezado a caminar hacia arriba. El ministro de Hacienda dijo que “el crecimiento de los dos primeros trimestres del año ha sido el más alto de los últimos 13 trimestres”. Hace más de tres años no se registraba un crecimiento de esos niveles. En los últimos 5 años el país creció 3,2% anual. Así que vamos mejorando.

Hay sectores que aún no despegan: Industria y construcción al 0.6% anual (negativo en el segundo trimestre de 2018); agricultura 1.5% y minería 1.2%.

Desde julio de 2014 la balanza comercial registra déficit mensual. En 2019 ese déficit ha aumentado: Mientras entre enero y junio se importaron USD 25.855.2 millones, con un alza del 5.8% frente al mismo periodo del año anterior, se exportaron USD 20.246.8 millones, un 1.5% menos que en el primer semestre de 2018. Aquí hay, sin duda, un problema estructural que requiere la inmediata atención del gobierno. Afortunadamente el ministro de Comercio, José Manuel Restrepo Abondano, es un profesional preparado y tiene las condiciones para reversar la situación que se debe, principalmente, a la baja de las exportaciones particularmente minerales y a la importación prácticamente sin aranceles de bienes suntuarios, como los automóviles, de los cuales entran más de 20.000 vehículos mensuales. Ya está funcionando a nivel productivo el programa “compralonuestro.co” enderezado a crear conciencia y comunicación entre los productores para utilizar nuestra producción y que debería extenderse, en el futuro, en educar también a los consumidores finales.

Otro problema es el de la deuda externa que en junio de 2018 era de USD 126.249 millones y representaba el 36.5% del PIB y en marzo de 2019 USD 132.794 millones (41.1% del PIB) de los que USD 73.194 (22.7% del PIB) corresponden al sector público.  Si se considera que el presupuesto de 2020 es deficitario en 8 billones y que las pensiones, las deudas del sistema de salud y los pagos del festín de sentencias contra el Estado, carecen de fondos, el problema que enfrenta el Estado es serio. Y que no vayan a decir que se ha generado en el último año.

El país tuvo una herencia maldita del régimen anterior por la corrupción en los contratos de infraestructura que, a la hora de la verdad, terminaron paralizados por cuenta de Odebrecht y otros escándalos. Parece que ahora se reanudarán las obras, una vez se atiendan las decisiones del tribunal de arbitramento. Me sorprende que quieran investigar a la ministra de Transporte porque estaba adelantando conversaciones con los interesados para alcanzar un acuerdo sobre “compensaciones” antes de que el tribunal decidiera. Porque se trata de inculpar a los que cumplen su deber, mientras en los casos como el de Reficar e incluso el propio de Odebrecht, caminan tan orondos, en las narices de los investigadores,  algunos de los responsables.

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Coda uno: En las primarias argentinas ganó la dupla populista de Fernández y Cristinita. Parece que los argentinos no aprenden. Si eso se repite, como se vislumbra, será un desastre para nuestro noble país austral.

Coda dos: Llaman a Uribe a indagatoria tres semanas antes de las elecciones. ¿Qué trama la Corte?