Ante la crisis el manual recomienda mantener la calma y al piloto mostrar sus habilidades para maniobrar en medio de las dificultades con el objetivo de poner personas y nave a salvo. Pero, ante una crisis como la desatada por la pandemia, no basta con esto. Además de medidas provisionales de salvamento se requiere un buen plan para lo que dejará la tempestad.

Organismos multilaterales pronostican recesión económica sin precedentes. La OCDE prevé una disminución del PIB mundial en más del 20%. Y para América Latina y el Caribe, la Cepal estima una caída del PIB de -9,1%, aumento de pobreza del 37,3%, pobreza extrema de 15,5 %, y caída del volumen de exportaciones de -23%.

En medio de la contención del virus se han planteado propuestas sin lograr amplio consenso, aumentando la incertidumbre. Ante lo cual el manual recomienda definir prioridades. Y aunque el debate si primero la economía o la salud parece insalvable y mantiene divididos los esfuerzos, la Cepal acaba de dar el paso. Su Secretaria General, Alicia Bárcenas, precisó: “Para que no se equivoquen, no hay dilema entre economía y salud, primero la salud.” 30/7/20.

La historiadora de la ciencia Lorraine Daston (Critical Inquiry 04/20), al llamar la atención respecto de la incertidumbre entre los científicos frente a cuál es el grado de letalidad y lo desconocido del Covid -19, dando lugar a especulaciones sobre casi todos los aspectos, trae la analogía de que vivimos un momento de empirismo del punto cero, como en el siglo XVII. Nada se da por hecho y toda está sujeto a comprobación. Y resalta el valor que cobra la observación y el trabajo de todos para hallar pistas -conocimiento- que terminaran guiando el camino.

En la economía pareciera que recetas y planes se tienen más confianza y se dice que se han probado en distintos momentos, el último en la crisis de 2008. Pero, si también aceptamos que hoy para todos los sectores la situación es novedosa y que más que las recetas resulta más importante observar, sumar nuevas variables, información, análisis y propuestas, entonces tendríamos lo que debería ser el espíritu de construcción del plan y liderazgo colectivo.

Además, resulta prudente considerar que tal vez la mayoría de economistas y funcionarios al frente de responsabilidades de decisión en el país nunca han enfrentado una situación como ésta ni se imaginaron tener que hacerlo. Aunque se presume que se prepararon para algo así, lo más probable es que no. Entonces, lo recomendable sería algo como el empirismo del punto cero frente a la ortodoxia.

El mayor riesgo no sólo está en saber lidiar con la gravedad de la crisis, sino en no poder evitar que sus impactos sean catastróficos. Por ello la importancia del plan y del consenso. Y entre las observaciones de distintos actores en el mundo y el país se encuentran prioridades y propuestas como universalidad en salud, renta básica universal, fiscalidad progresiva, educación superior gratuita, apoyo a pymes, cuya discusión ayudaría a iniciar un acuerdo sobre el plan.

@Fer_GuzmanR