“5 pasos para aprender a invertir”, una guía para cuidar su bolsillo | El Nuevo Siglo
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Viernes, 21 de Septiembre de 2018

EL NUEVO SIGLO: ¿Cuál es el objetivo del libro? Y, ¿qué mensaje les da a sus lectores?

FERNANDO VILLEGAS: La cultura financiera en Colombia es muy baja, yo creo que el libro apunta a llevar un mensaje para que suba el nivel de comprensión de las finanzas y de la inversión en la bolsa. Todo país desarrollado tiene un mercado de capitales, pero desafortunadamente en Colombia hemos perdido la confianza de muchos inversionistas, y para recuperarla toma mucho tiempo.

Lo ideal sería mantenernos estudiando el tema porque no es complejo. Mis hijas de nueve y 11 años pueden leer las gráficas que nosotros ponemos del dólar, del euro, del oro o de la acción de Ecopetrol. Si ellas lo pueden hacer por qué un adulto no. Y es porque no se tiene la disciplina de hacerlo o no llegamos de la forma correcta.

ENS: ¿Qué se necesita para ser un ‘ingresario’?

FV: Yo diría que las ganas y la paciencia, ya que esto es un proceso, es como aprender un nuevo idioma, y no está en las pantallas únicamente. Yo seré un ingresario en el momento en el que de adentro hacia afuera salga toda esa capacidad de construir prosperidad. Eso no se logra de la noche a la mañana, un ingresario necesita atenuar todos sus saboteadores, y como saboteadores me refiero miedos, pero yo no les llamo así, ya que para mí son gasolina.

ENS: ¿Qué lo motivó para empezar a desarrollar el libro?

FV: La motivación es volverse “pro”, y me basé en el libro “Turning Pro” de Steven Pressfield, en el que cuenta su propia historia. Para llegar realmente a un nivel alto, que es lo que busco siempre, la mejor forma de hacerlo es escribiendo, entrenando y educando a otros. Es decir, es el hecho de reescribir el libro, de todos los días hacer un video desde hace 11 años, de allí han salido todos nuestros procesos de innovación, que son tan importantes.

ENS: ¿Qué rol cumple su canal de YouTube en este proyecto?

FV: Los videos son el complemento del libro, y la comunidad “ingresarios.com”, en Facebook, Twitter e Instagram siempre estará acompañando a la persona que lo lea. En ese sentido, el libro no se queda en las páginas, sino que se vuelve un compañero virtual para la toma de decisiones y construir nuestra visión, que es prosperar, construir un ahorro, una pensión, una casa, un estilo de vida como el que todos nosotros hemos soñado siempre.

ENS: ¿Cómo influyó en usted esta obra?

FV: Yo estoy cumpliendo 12 meses de sobriedad. ¿Por qué tomé la decisión? Quería subir otro nivel en el desempeño. El 95% de la gente no será capaz de dejar el alcohol y yo lo dejé en una noche a través de un proceso de neurobiología y trance que ocasionó el colapso de un saboteador de varias generaciones que tenía mi familia. ¿Cómo lo logré? Tengo un coach que hace parte de ‘ingresarios’ y que ayuda a identificar esos saboteadores que te están bloqueando.

ENS: ¿Qué cambio ha visto en sus lectores?

FV: Me siento muy orgulloso porque el grupo que más está cambiando con nosotros, y que nadie se imaginaría, son las mujeres que están descubriendo esta profesión. Ellas ahorran más que los hombres porque a ellas se les da un dinero y lo convierten en un almuerzo para toda la familia, y en cambio el hombre se lo gastaría todo en una fiesta con amigos. Entonces, particularmente me llama mucho la atención que son las mujeres las que mejor desempeño tienen entre mis ingresarios. Aunque también hay un cambio en los hombres.

ENS: ¿En qué momento tomó la decisión de ser ingresario?

FV: Cuando yo me retiro de Sura, comencé a estudiar en la universidad de Berkeley, y en ese momento me cambió el chip de una forma dramática. Me tocó vivir el nacimiento del “www” y la inscripción de Yahoo en la bolsa. La exposición que tuve a toda esa cantidad de innovación hizo que tuviera muchas ideas. Me devolví a la empresa y no me prestaron atención, me subestimaron, y eso fue clave para mí.

ENS: ¿Desde un principio pensó en hacer pedagogía de las finanzas?

FV: Sí, se pensó en hacer muchísima pedagogía, y mis dos hijas, muy pequeñas, me han visto trabajar en esto. Fueron mi inspiración para enseñar algoritmos que ellas pudieran entender. Las niñas me ayudaron mucho a construir el libro. Esa manera de usar los colores es la forma más fácil de enseñarle a un niño, les empecé a armar montañitas y valles coloridos, y si un niño lo entiende, un adulto también.