Así redujo Bogotá un 30% el embarazo infantil y adolescente | El Nuevo Siglo
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Martes, 10 de Septiembre de 2019
Redacción Bogotá
Mientras que en 2015 nacieron 15.746 niños de madres que tenían entre 10 y 19 años de edad, en el 2018 la cifra bajó a 10.949 casos.

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Bogotá es una ciudad que se está envejeciendo rápidamente (por cada 100 personas menores de 15 años hay 47,4 mayores de 64). No obstante, la reducción en un 30% del embarazo adolescente, como lo indicó la Alcaldía, es una de las mejores noticias que ha recibido la capital del país.

Y no solo porque estas cifras se traducen en el hecho de que cientos de niñas y adolescentes pueden plantearse un futuro educativo y laboral más allá de la maternidad y la paternidad temprana, sino porque esto demuestra que en Bogotá ya se instauró un cambio de mentalidad generacional, gracias a que varias administraciones le dieron, a pesar de las diferencias, continuidad a políticas efectivas que han asumido el problema del embarazo adolescente, como un derecho a la salud sexual y reproductiva.

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Cifras a la baja

Mientras que en 2015 nacieron 15.746 niños de madres que tenían entre 10 y 19 años de edad, en el 2018 la cifra bajó a 10.949 casos. Esta reducción de 2,8% en la tasa de embarazos adolescentes del 2015 (en donde el 15,3% del total de nacimientos se reportaron en niñas y adolescentes) al 2018 (en donde el índice fue de 12,5%), implica que más niñas y jóvenes tienen la posibilidad de hacer realidad sus proyectos de vida, antes de asumir la responsabilidad de la maternidad y paternidad.

Entre las adolescentes de 15 a 19 años los casos bajaron en un 30,6 %, pasando de 15.379 en 2015 a 10.675 en 2018, es decir, 4.704 nacimientos menos, y lo que es aún más significativo: en el grupo de edad de los 10 a los 14 años, se pasó de 367 nacimientos en 2015 a 274 en 2018, lo que corresponde a una reducción de 25,3%.

Además, se aumentó la media de edad de las mujeres que tienen su primer hijo, aumentando de 22 años en 2013 a 24 años en 2018, cumpliendo así la meta del Plan Distrital de Desarrollo ‘Bogotá Mejor para Todos’. Y por último, en los servicios de salud, la cobertura de las consultas de anticoncepción para jóvenes entre 14 y 24 años pasó del 42% en 2015 al 84 % en 2018. ¿A qué se debió esta reducción en la tasa?

Continuidad y nuevas políticas

Si bien es cierto que esta fue una de las prioridades de la Alcaldía de Enrique Peñalosa (recordemos que durante su campaña habló de su experiencia personal al realizarse la vasectomía aludiendo a que los hombres también tienen que entender que el embarazo es de ambos), estas cifras son el resultado de años de trabajo ininterrumpido, y de novedosas estrategias que impulsó esta administración como la App, Sexperto (que ha tenido un millón y medio de visitas), y como el programa para prevenir la maternidad temprana.

Ahora, aun cuando Colombia cuenta con una serie de estrategias encaminadas a prevenir el embarazo adolescente, contempladas en el Plan Decenal de Salud Pública 2012-2021, la capital del país destaca por haber llevado a cabo dos acciones claves que ya comenzaron a dar sus frutos, como se evidencia en las últimas cifras que muestran una favorable disminución, entre 2015 y 2018, del  embarazo adolescente en la ciudad.

La primera de ellas se sustenta en la continuidad que las últimas administraciones le han dado a la política pública, hecho que resaltó a EL NUEVO SIGLO el profesor del Distrito, Luis Miguel Bermúdez, quien al implementar un currículo de educación sexual integral en el colegio distrital Gerardo Paredes (en la localidad de Suba), logró disminuir la cifra de embarazos adolescentes en dicha institución y fue reconocido por ello internacionalmente.

“Todo esfuerzo encaminado a cumplir este objetivo es bueno conservarlo y validarlo y Bogotá aprendió esta lección. Uno no puede llegar a decir que los resultados de ahorita son producto de un programa u otro específicamente. El programa de maternidad y paternidad temprana sirvió para que las políticas que ya se venían desarrollando se engancharan y encontraran continuidad por la misma línea”, puntualizó Bermúdez, quien aplaudió que este Gobierno reconoció los avances que ya había y los comenzó a multiplicar en otras instancias, manteniéndose firme en una política de salud sexual y reproductiva.

“Vieron que funcionaba y que valía la pena darle continuidad. Eso es importante resaltarlo. Los gobiernos culpan a los predecesores de ciertos errores y en este caso han sido responsables porque nos permitieron seguir trabajando por la línea que veníamos trabajando. Soy enfático: Bogotá logró reducir el embarazo adolescente porque nos permitieron trabajar, a todos los actores que estamos metidos en esto, por la línea de los derechos sexuales y reproductivos”.

Y la otra estrategia, que también destacó el docente, está en que la última administración continuó y robusteció los programas y las acciones específicas encaminadas a este objetivo, con programas como aquel que previene la maternidad y la paternidad temprana, y la puesta en marcha de plataformas digitales para brindarle a la ciudadanía, y especialmente a la juventud, una educación sexual y reproductiva integral.

“La gente se pregunta: ¿cuál es la necesidad de elaborar un programa para la prevención de la Maternidad y la Paternidad temprana? Está demostrado que la mujer que queda en embarazo antes de los 19 años, es una mujer que va a tener una probabilidad muy alta de caer en la pobreza. Tanto ella como su hijo. Ella tendrá pocas posibilidades de poder estudiar, de capacitarse y de hacer parte de la vida laboral o de desarrollar otras actividades. La mayoría de ellas van a ser madres solteras y van a terminar asumiendo una carga que no tienen cómo asumir”, le dijo a EL NUEVO SIGLO el secretario de Salud, Luis Gonzalo Morales.

Un trabajo mancomunado

Por eso, este no fue un esfuerzo único y exclusivamente de la Secretaría de Salud, sino que también participaron mancomunadamente la Secretaría de Educación; la Secretaría de Integración Social, la Secretaría de la Mujer y la Secretaría Distrital de Salud.

“En términos generales, la reducción del embarazo adolescente en el país ha mostrado una tendencia hacia la disminución, pero si quitas Bogotá del promedio, especialmente durante los últimos tres años, esa reducción será muy leve en el resto del país, lo que demuestra que, básicamente la ciudad Capital es la que está jalando el promedio hacia la baja”, puntualizó el secretario de Salud. Bermúdez, a este respecto, coincidió con el Secretario y dijo que ello se debió, como ya lo había manifestado, a que Bogotá supo darle continuidad institucional a una política de largo plazo que ya comienza a cosechar sus frutos.

Esto es el resultado de cambios culturales que solo se comienzan a ver a largo plazo. Uno de los problemas más serios que tenemos los colombianos es que si no vemos políticas con resultados inmediatos, creemos que no funcionan y no es así. Lo que hemos visto en materia de disminución de embarazo adolescente es fruto de toda esa serie de acciones enmarcadas en el entendimiento de que son derechos sexuales y reproductivos”, añadió el profesor Bermúdez.