Olga Duque de Ospina | El Nuevo Siglo
Sábado, 21 de Septiembre de 2019

Quisiera ser poeta para cantar con el alma el inmenso dolor que sentimos por la desaparición de nuestra querida amiga, la doctora Olga Duque de Ospina.

Quienes tuvimos la fortuna de compartir momentos históricos a su lado, logramos auscultar su noble corazón pletórico de sensibilidad hacia sus semejantes.

Muy joven terminó sus estudios de Derecho en la Universidad Santo Tomás. El presidente Alfonso López Michelsen maravillado por sus grandes dotes de inteligencia la nombró Gobernadora del departamento del Huila, desde donde pudo prestarle un gran servicio al pueblo huilense. Era el primer reconocimiento a los derechos de la mujer.

Se desempeñó como Representante a la Cámara por Cundinamarca, Embajadora Plenipotenciaria de Colombia ante la Organización de las Naciones Unidas, Concejal de Neiva, Directora del Diario del Huila, Senadora de la República, Directora General de la Caja Nacional de Previsión, Notaria Sexta del Círculo de Bogotá, Ministra de Educación.

Mujer de gran carisma y carácter, invitaba a sus tradicionales frisoladas a importantes personajes del mundo nacional e internacional, personajes que atendía con inmenso ambiente familiar, allí abordaban temas de actualidad, apelando a las anécdotas y recuerdos históricos.

Perteneció a la Junta Directiva del Centro de Estudios Colombianos, allí fue  luz que orientaba al mundo político con su inteligencia, participando como conferencista habitual sobre temas constitucionales, junto a Álvaro Gómez Hurtado, Belisario Betancur y Augusto Ramírez Ocampo, entre otros.

Con sus ideas nace una lucha por los derechos de la mujer en la cultura colombiana.

Elegida Senadora de la República, hizo parte de la Comisión Tercera Constitucional, encargada de los asuntos económicos, desde donde consiguió ayudas para obras de infraestructura de diferentes regiones de Colombia.

Decía: “A mí no se me escapa el compromiso de ser la única mujer que llega al Senado, porque allí me toca representar a toda la mujer colombiana, pero especialmente a la mujer huilense. Yo me lo explico: es que he luchado, nada en la vida me ha sido fácil, por el contrario, siempre he tenido a la vida como dijera Alzate Avendaño, como a la más enconada contraparte”.

“El hecho de haberme impuesto en un departamento desde luego muy machista, luchando hombro a hombro con los varones ha sido importante, me han visto enfrentada con ellos y contra ellos en la misma palestra y eso es natural que me haya dado prestigio” 

Los proyectos presentados en el Congreso de la República fueron explicados en su libro “Cambios Estructurales en la Organización del Estado

Corresponde a Ximena Ospina Duque, su ilustre e inteligente hija, continuar con la extraordinaria obra de Olga Duque de Ospina.

Digamos con Porfirio Barba Jacob: “Hay un día en que levamos anclas para jamás volver. Un día en que discurren vientos ineluctables. ¡Un día en que ya nadie nos puede detener!”