Suicidios y pérdida de valores | El Nuevo Siglo
Miércoles, 25 de Septiembre de 2019

Son los padres, familiares, compañeros y sicólogos, no google, quienes tienen que evitar prosiga la sucesión de suicidios como los acontecidos en los últimos días debidos a un sentimiento extendido de soledad incapaz de superarse con el uso permanente del celular y el internet, los cuales llevan conocimientos pero carecen de contenidos que indiquen cómo superar depresiones, por ejemplo, sorprende el caso del estudiante que se suicidó porque le robaron el celular.

La vida en familia es distinta en nuestro tiempo, falta el propósito colectivo de defensa de la vida, ha tomado fuerza la cultura de la muerte, hay muchachos sin deseos ni motivaciones para formarse, se sienten destruidos, abatidos, sucumben ante las dificultades, el concepto de amor difiere, las relaciones sexuales con abuso ilimitado de alcohol y drogas es tema que merece análisis, afecta por todas partes, especialmente en las ciudades y en las universidades. El suicidio se ha convertido en la primera causa de muerte no natural en España, aquí no se visibiliza, los familiares de jóvenes que se han quitado la vida rescatan sus historias, hablan de lo sucedido, tocan lo referente con el acoso escolar, rinden homenaje a sus muertos pero nos hallamos lejos de haber cohesionado la política tendiente a evitar la proliferación de hechos de esta naturaleza, de asumir las responsabilidades que corresponden.

En la mente de un joven que opta por el suicidio suele estar la idea de que la única manera de acabar con sus problemas, generalmente no graves si se analizan desde distinta óptica, es terminar con su vida, expertos anotan que   dichas personas piensan hacer un favor a la familia dentro de imagen distorsionada. El sentimiento del fracaso a edad temprana influye, suponer que es imposible continuar el camino de la vida, sostener que no existe futuro es sentimiento equivocado de muchos miembros de las recientes generaciones, mientras docentes y familiares se abstienen de actuar.  

Cada suicidio es una tragedia, el fenómeno no suele considerarse prioritario ni problema de salud pública, la influencia de los medios de comunicación en ocasiones provoca inestabilidad emocional y disminución de valores. Propiciar la autoestima, las mejores relaciones sociales, las estables de pareja, el apoyo a creencias religiosas, la rápida identificación y tratamiento de las enfermedades mentales son acciones urgentes e indispensables. Napoleón decía que “abandonarse al dolor sin resistir, suicidarse para sustraerse de él, es abandonar el campo de batalla sin haber luchado.”

Ojalá que desaparezcan noticias tan deprimentes, ante el incremento de la violencia necesitamos adoptar medidas adecuadas para superar la grave dolencia del suicidio, especialmente de jóvenes. Colombia no puede convertirse en país de suicidas.