Cisma en el Polo, una evidencia más de la crisis en la izquierda | El Nuevo Siglo
Álvaro Argote, presidente del Polo, junto a los senadores Jorge Robledo y Gustavo Petro, y el entonces concejal Hollman Morris, en agosto de 2018. /Twitter de Petro
Foto Twitter de Gustavo Petro
Jueves, 17 de Septiembre de 2020
Redacción Política

Un refrán hebreo dice que donde hay dos judíos hay tres opiniones. Parece ocurrirle igual a la izquierda colombiana, que hoy mantiene la esperanza de capitalizar y multiplicar la votación que registró Gustavo Petro en las presidenciales de 2018, pero lucha con los vientos de división que soplan en el entre tanto.

En agosto de ese año las heridas causadas durante la campaña electoral parecían empezar a sanar con una reunión que sostuvieron Petro, ya senador de Colombia Humana, con Jorge Enrique Robledo, congresista del Polo Democrático Alternativo, en la que aquel manifestó que “los caminos hay que recorrerlos juntos” y este que “también analizamos las elecciones del 2019”.

Ese camino comenzó a andarse, pero a la vuelta de los meses las heridas se reabrieron. Donde más posibilidades concretas se vislumbraban de lograr acuerdos era Bogotá, donde Petro decidió no apoyar a Claudia López luego que en el lanzamiento de la candidatura apareciera el exgobernador Sergio Fajardo, quien fuera aspirante presidencial en fórmula con López en la primera vuelta de 2018. 

Desde entonces la definición del liderazgo que aglutine los sectores alternativos se ha convertido en un factor de luchas internas en las colectividades que integran esa corriente de opinión.

Diferencias

Así está pasando en el Polo, partido en el que la tendencia que representa Robledo ha pedido formalmente escindirse.

El escenario para hacerlo es el Congreso Nacional, que no se reúne desde 2015. La quinta versión de ese encuentro partidista debió hacerse en 2017. Incluso en junio el Consejo Nacional Electoral (CNE) le abrió una investigación a la organización política por este asunto. En ese momento el secretario del Polo, Gustavo Triana (líder de la tendencia a la que pertenece Robledo), explicó que se había previsto convocar el Congreso en agosto, pero que la pandemia lo impidió, por lo que esperan que el CNE los autorice a iniciar el respectivo proceso.

Triana y Robledo que firman la carta Comité Ejecutivo del Polo junto a más de la tercera parte de ese órgano partidista militan en el Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario (MOIR), nacido en 1970 a partir de otro grupo organizado en los años 60. De tendencia marxista maoísta, fue liderado por el fundador Francisco Mosquera hasta su muerte en 1994, luego por Héctor Valencia y desde 2008 por Triana, los tres en el cargo de secretario general. En sus filas militaron personajes como el escritor Jairo Aníbal Niño, el historiador Alfredo Iriarte y la pintora Clemencia Lucena.

En los 70, por poco tiempo, el MOIR actuó junto al Partido Comunista (PCC) en la Unión Nacional de Oposición (UNO), colectividad con la que volvería a coincidir en 2005 para formar el Polo, cuando se fusionaron los movimientos Alternativa Democrática y Polo Democrático Independiente.

En 2010, Petro, que había sido candidato presidencial del Polo, se retiró con sus seguidores y dos años después fue expulsado el PCC. Ahora es el MOIR el que plantea la posibilidad de escindirse.

En 2010, Petro, que había sido candidato presidencial del Polo, se retiró con sus seguidores y dos años después fue expulsado el PCC. Ahora es el MOIR el que plantea la posibilidad de escindirse

El miércoles el concejal de Bogotá, Álvaro Argote, presidente del Polo, manifestó que “el debate siempre ha sido la característica interna” en esa organización política y que “recurrentemente, cuando se acercan las elecciones presidenciales, pues este debate aflora”, como está ocurriendo ahora, anotando que “no hay decisiones ni definiciones tomadas. Estamos en esa discusión. Estamos avanzando en esa discusión, política como legalmente”.

También el senador polista Wilson Arias indicó que “la vida democrática de los partidos también supone, a veces, luchas internas”.

Escisión

Los mecanismos de disolución, liquidación, escisión y fusión de los partidos y movimientos políticos fueron previstos por la Ley 1475 de 2011, sin embargo, falta su reglamentación. Una iniciativa de ley presentada en este sentido se hundió en el Congreso hace unos años.

La Ley 1475 de 2011, que reglamentó la reforma política contenida en el Acto Legislativo 01 de 2009, introdujo en el sistema político las figuras de la escisión y la fusión de los partidos. La primera para dar posibilidad a un sector representativo de la militancia de separarse de la colectividad de la que hace parte por no compartir su funcionamiento o el ideario, y como consecuencia emigra para conformar otra agrupación. En tanto que la fusión permite a dos o más partidos políticos que tienen suficientes afinidades juntarse en uno solo.

Mientras la norma no cuente con una reglamentación, el tema quedó al arbitrio de las propias colectividades que pueden introducirlo en sus estatutos. Por lo pronto, la única organización política que contempla esta opción en sus estatutos es el Centro Democrático, mientras que los partidos Liberal y Social de Unidad Nacional (La U) apenas la enuncian.

En este contexto, los escisionistas plantearon en su carta que la propuesta “deberá perfeccionarse mediante un acuerdo que debe ser aprobado en Congreso Nacional del partido y que contenga como mínimo la especificación de las condiciones políticas, administrativas y legales en que se realizará”.

“Con la convicción que cada una de nuestras colectividades o corrientes políticas continuarán trabajando por la concreción de un gran pacto nacional, que con fundamento en un programa y reglas de juego democráticas y sin exclusiones, pueda derrotar a los candidatos del continuismo en la contienda electoral de 2022, esperamos tramitar con fraternidad y respeto la concreción de este derecho”, finalizan los firmantes de la carta.

Pacto

Fuentes cercanas al MOIR precisaron que su expectativa es someter su candidato presidencial, es decir Robledo, a una consulta interpartidista con Petro y otros candidatos.

Paradójicamente, este puede llegar a ser el punto de mayor fricción, razón por la cual Petro trabaja hace rato en consolidarse como factor de unidad en la izquierda, deslindándose de quienes pudieran disputarle esa dignidad, como Fajardo o Robledo, a quienes acusa de anunciar voto en blanco para la segunda vuelta de 2018 y dificultar las posibilidades de haber podido derrotar al hoy presidente Iván Duque.

Fuentes cercanas al MOIR precisaron que su expectativa es someter su candidato presidencial, es decir Robledo, a una consulta interpartidista con Petro y otros candidatos

Para Petro también hay un interés de ciertos sectores verdes y liberales de dividir lo que él llama “el campo democrático”, promoviendo alianzas que lo excluyan. Según él, "lo cierto es que un grupo de dirigentes verdes, sin consultar a su partido y partidarios de la candidatura de Sergio Fajardo, vienen construyendo de manera no pública acuerdos en función de excluir tanto a Colombia Humana como a los candidatos verdes".

En la Alianza Verde, donde existe un importante núcleo petrista, han rechazado el señalamiento, precisando que el camino hacia tener un aspirante propio apenas comienza y que por ahora el único precandidato es el exgobernador Camilo Romero

"Lo que sería correcto es definir si el Polo y el Verde, como partidos políticos, quieren excluir de un posible acuerdo a Colombia Humana de manera pública o no. Y de acuerdo a eso actuar. Y no hacer vocerías en reuniones con otros sectores, no públicas, asumiendo esas decisiones", expresó Petro, indicando que además de meter a Fajardo, en esa alianza excluyente buscan contar con el santismo.

Fajardo ya ha declarado que con Petro “no voy a participar en una consulta. Tiene una forma que no comparto de tratar al que es diferente. No podemos permitir que nos dividan en dos bandos”; a lo que Petro respondió: “En cambio yo sí lo invito a usted, Fajardo, a que participe en un gran acuerdo histórico que lleve a Colombia hacia la paz, la producción y la democracia”.

En opinión de León Valencia, director de Paz & Reconciliación, “el tono del debate entre Petro y Fajardo no parece tener en cuenta las lecciones de 2018. La descalificación entre estos candidatos es muy preocupante”, porque perjudica “a los dos, los pueden deslegitimar a los dos”. Para él, “no es absolutamente necesario que las izquierdas se agrupen en primera vuelta alrededor de un solo candidato”, pero sí “es de suma importancia que las izquierdas no se despedacen en la campaña, que no deslegitimen a los competidores de la misma corriente, que guarden las buenas maneras en el debate, que presenten con ardor, pero con decencia sus diferencias”.

En agosto, un comunicado del Comité Ejecutivo Nacional del Polo consideró que la coyuntura “le exige a los sectores alternativos y democráticos alcanzar un gran entendimiento histórico para reconstruir el país, que vaya más allá de las elecciones de 2022” con un programa mínimo de unidad.

El Polo, planteó el Comité, “hace suya esta propuesta y llama a las formaciones políticas de la izquierda democrática, los partidos alternativos y progresistas, al movimiento social y popular, a la intelectualidad y personalidades democráticas a hacer realidad este histórico pacto nacional”, comprometiéndose “a realizar el V Congreso del partido conforme a nuestros estatutos, evento que escogerá el candidato presidencial para participar en la convergencia que se acuerde”.