Tiembla el petróleo | El Nuevo Siglo
Jueves, 24 de Septiembre de 2020

¿Camino hacia las energías limpias?

* Dificultades de empresas petroleras

 

Lo que está sucediendo en todo el mundo, en especial en el ámbito de las grandes empresas petroleras, es de inmensa importancia: cada vez hay un consenso más generalizado en torno a que el reinado de los combustibles fósiles está llegando a su término y que empieza el predominio de las fuentes no convencionales de energía. Una transición que ya ha venido tomando fuerza en los últimos años pero que ahora se reforzará ineludiblemente.

Un estudio reciente de la BP (British Petroleum), que ha causado sorpresa en el mundo petrolero, sostiene que el 2020 fue el año de máxima demanda mundial de los combustibles fósiles y que a partir de ahora comienza su inapelable declive. Es lo que los expertos en la materia llaman “el pico” en el mercado de los hidrocarburos. A su juicio hemos llegado ya al límite más alto en este campo.

Últimamente los precios internacionales del crudo han rondado los 40 dólares el barril de la calidad Brent, valor inferior a los costos de producción de muchos países. Colombia está en el límite. Y, ante todo, en el mundo petrolero reina una gran incertidumbre por la tardanza en la recuperación de la demanda mundial, que se ha visto golpeada por la reaparición de brotes del coronavirus en los principales países consumidores. Bien puede decirse que el precio del crudo en los mercados internacionales se ha convertido en el mejor termómetro de la pandemia. Cuando reaparecen focos del Covid-19 -como está sucediendo por estos días en Europa- o cuando cunde el escepticismo sobre la velocidad con que estará disponible la esperada vacuna, el valor del crudo baja o se estanca instantáneamente. Y eso es, precisamente, lo que está aconteciendo por estos días.

Desde cuando comenzó la pandemia los precios del crudo han caído en promedio un 20 por ciento. Muchas empresas petroleras han suspendido sus proyectos de inversión en nuevos frentes de exploración y un gigante como Exxon Móvil ha sido retirado de la bolsa de New York, donde su acción se había cotizado desde 1928.

La situación es muy compleja. Lo cierto es que los combustibles fósiles siguen alimentando el 85 por ciento de la demanda mundial de energía. Pero todos los pronósticos coinciden en que su peso relativo en la canasta energética del planeta está llamado a declinar en los años venideros, así se supere la actual pandemia. Si el siglo XX fue la centuria del petróleo, el XXI será el de los combustibles limpios: paneles solares, generación eólica, geotermia o hidrógeno, entre otras fuentes. Ya se empieza a hablar de la “descarbonización” de la canasta energética para el futuro cercano. Es decir, una menor dependencia del petróleo, del gas natural y, por supuesto, del mismo carbón. La presidente de la Unión Europea Úrsula Von der Leyden ha reafirmado recientemente la voluntad de ese bloque multinacional para reducir en la próxima década en un 55 por ciento las emisiones de gases con efecto invernadero. Mientras las acciones de las petroleras tradicionales se han debilitado notablemente en los mercados de valores, como es el caso de Exxon-Móvil que hemos citado, las cotizaciones bursátiles de las empresas productoras de energía limpia se han fortalecido este año en un 45 por ciento.

El debate político en todo el mundo, comenzando por la campaña electoral de Estados Unidos, le está prestando una inusitada atención a los compromisos de la energía limpia para los años venideros. Se estima que la energía producida por los paneles solares y por los generadores eólicos, que hoy solo asciende en el mundo a un 5 por ciento de la oferta global energética, subirá a un 25 por ciento en 2035 y a un asombroso 50 por ciento en 2050. Los tiempos están cambiando. Y sobre todo van a modificarse dramáticamente en los años venideros.

Colombia ha hecho bien durante los últimos años en entrar a la onda de las energías limpias. Esta transición energética va a transformar, para bien, la manera en que nos transportamos y cómo generamos electricidad para todos los usos. Los grandes parques solares y eólicos que se vienen instalando en nuestro país son un testimonio rotundo. Tenemos que continuar en la misma dirección.