El legado de Merkel | El Nuevo Siglo
Sábado, 25 de Septiembre de 2021

* La canciller alemana y su olfato político

* Solidez ideológica y sensibilidad social

 

 

La saliente canciller Ángela Merkel deja un hondo legado político, institucional y social en Alemania. Una marca indeleble de buen gobierno, lo mismo que una estela de sensatez y realpolitik en lo internacional, convirtiendo a su país en el eje o motor de la Unión Europea. Apenas unos pocos personajes de la historia teutona se le comparan y ninguno en democracia había logrado un influjo tan trascendente y decisivo.

Muchos dirigentes alemanes de tiempos pasados se asombrarían al conocer los resultados en la economía y el desarrollo social, lo mismo que el efecto positivo de una política sólida, pacifista y de alto perfil geopolítico.

El mandato de la considerada como la “mujer más poderosa de Europa” abarca 16 años positivos de la política alemana, en los cuales el crecimiento de la economía y su competitividad se han mantenido intactos. Su apoyo a la libre empresa ha dado el mejor de los resultados, al punto que sin el respaldo financiero de Alemania a la Unión Europea, el mercado del viejo continente corría el riesgo de atomizarse en medio de las repetidas crisis políticas y los efectos demoledores del covid-19.

Lo cierto es que la Canciller ha forjado su inmenso prestigio con base en una formidable voluntad política que le ha permitido conducir el país y asumir las más graves responsabilidades y retos grandes, con tal de sacar adelante su política conservadora en lo interno y externo. Los europeos han comprendido que cuando le va bien a Alemania se beneficia el bloque multinacional.

Aunque algunos estadistas y políticos internos locales han pretendido sacarla de su actitud firme y aplomada, nadie lo logró. Por eso tirios y troyanos no dudan en admitir que los positivos resultados económicos se deben en buena parte al gran olfato político de Merkel y su constancia en rechazar el aventurerismo. Se distingue por cuanto practica como norma fundamental de su relación con terceros países buscar siempre el entendimiento y la concertación, acudiendo a la diplomacia efectiva y madura. De hecho, ningún otro país en el viejo continente como Alemania ha logrado manejar el problema de los emigrantes de otros credos y razas, mediante políticas de conciliación y atractivos que les permiten a los extranjeros trabajar en el país dentro del respeto y la legalidad, llenando el vacío de la falta de mano de obra local. 

Ha sido la saliente canciller la que ha promovido por todos los medios que se mantenga el control de calidad y la excelencia en la industria alemana, como fuente primigenia de la competitividad en los mercados internacionales. Su capacidad persuasiva en el Bundestang, ha logrado contener el impulso disolvente de los partidos de extrema izquierda o derecha. Merkel ya es muy experimentada y propende en lo posible por el interés nacional y colectivo. En materia de popularidad entendió que una democracia madura y una sociedad avanzada y pensante, son ajenos a caer en la demagogia y las vanas promesas.

Otro de los aspectos que son dignos de destacar en Merkel es que en lo personal rechaza la vanidad y los lujos. Se distingue por la austeridad y modestia de su vestimenta, como por la sobriedad en la vida privada. En el plano típicamente político se le reconoce nacional e internacionalmente por su tendencia para apagar incendios. En su largo mandato ha dado muchas pruebas de que su interés primordial en lo político es procurar el bien común, así como defender la libertad y el imperio de la ley.

De otro lado, varios de los países miembro de la Unión Europea, que están en el modelo socialista de Estado y que han sufrido graves problemas económicos por la pandemia, hoy sobreviven en parte por el apoyo financiero de Alemania y las ayudas que ha impulsado, siempre con la finalidad de evitar graves traumas a sus aliados. Gracias a la canciller, Alemania es hoy por hoy garante de un porvenir positivo de Europa y un trato horizontal y respetuoso con las potencias y la comunidad internacional. La economía alemana es, en apariencia, pequeña comparada con la de Estados Unidos, China o los tigres asiáticos. Sin embargo, la calidad de su producción como su capacidad de innovar le garantiza un nicho económico propio en el exterior. 

Así las cosas, es evidente que Merkel tiene un legado importante para Alemania, Europa y la comunidad internacional. Hoy, cuando sus compatriotas van a las urnas para elegir su reemplazo, es claro que sea quien sea el sucesor, difícilmente se verá en próximos años una dirigente de los kilates de la saliente canciller alemana.