Macron llega a Lituania para discutir sobre la crisis en Bielorrusia | El Nuevo Siglo
Francia pide una transición pacífica en Bielorrusia que tenga en cuenta la voluntad de la población.
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Lunes, 28 de Septiembre de 2020
Redacción internacional con AFP

El presidente francés Emmanuel Macron llegó ayer a Vilna, donde las autoridades lituanas esperan su apoyo claro contra el régimen en Bielorrusia, las presiones rusas y la opositora bielorrusa Svetlana Tijanóvskaya le pidió desempeñar el papel de mediador.

"Necesitamos desesperadamente una mediación para evitar que se derrame más sangre. El señor Macron podría ser ese mediador, junto con los líderes de otros países. Podría ser capaz de influir en Putin, con quien tiene buenas relaciones", dijo Tijanóvskaya, quien espera reunirse con el presidente francés en Vilna hoy.

La oponente bielorrusa explicó haber pedido a Emmanuel Macron que se reúna con ella.

En París, el portavoz del gobierno francés, Gabriel Attal dijo ayer que el presidente francés se reuniría con ella "si ella lo solicita" lo que hace que esta reunión, aún no confirmada, sea extremadamente probable.

Esta primera reunión con un dirigente internacional sería para Tijanóvskaya "una importante confirmación", subrayó la opositora.

El domingo, en la víspera de su visita de tres días a Lituania y Letonia, Macron pidió la salida del presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, apoyado por Vladimir Putin.

"Lo que está sucediendo en Bielorrusia es una crisis de poder, un poder autoritario que no puede aceptar la lógica de la democracia y se aferra a la fuerza. Está claro que Lukashenko debe irse", dijo Macron.

Tanto la Unión Europea como Estados Unidos se niegan a reconocer la elección de Lukashenko, considerada fraudulenta, y condenan la represión de una ola de manifestaciones sin precedentes. La policía bielorrusa detuvo a otras 200 personas el domingo, día en el que escritores, artistas y científicos lituanos pidieron al presidente francés que apoye a los manifestantes.

"Hombres y mujeres" de Bielorrusia "están siendo sometidos a una tortura inhumana. Esto está sucediendo en la Europa del siglo XXI", dijeron los artistas y científicos, algunos de los cuales almorzarán con Macron hoy.

La crisis dominó las conversaciones del presidente francés con su homólogo lituano Gitanas Nauseda, que apoya a la oposición bielorrusa.

Francia pide una transición pacífica en Bielorrusia que tenga en cuenta la voluntad de la población, "evitando el riesgo de una mayor represión o incluso la intervención de Rusia", según el Elíseo.

Pulso con Moscú

Los Estados bálticos también esperan que el presidente francés dé un fuerte apoyo contra las presiones de Putin, ya que la crisis de Bielorrusia se está convirtiendo en un tira y afloja entre los países occidentales y Rusia.

Y esto en un momento en que el envenenamiento del oponente ruso Alexéi Navalni aumenta aún más las tensiones entre Moscú y Occidente.

"Los líderes lituanos esperan una reacción firme de Macron contra Rusia, pero su diálogo con Putin puede plantear interrogantes", advirtió el profesor de la universidad de Vilna, Ramunas Vilpisauskas.

"Hablé con Vladimir Putin el 14 de septiembre, el día en el que él recibía a Lukashenko en Sochi. Le dije que Rusia tiene un rol que desempeñar, y que ese rol puede ser positivo si empuja a Lukashenko a respetar la verdad de las urnas y a liberar a los presos políticos. Esto fue hace quince días, y todavía no estamos en esas", declaró el presidente francés.

En abril de 2018, Macron recibió a los presidentes de los tres Estados Bálticos en París con motivo del centenario de su independencia. Entonces reafirmó que Francia estaba "a su lado", en particular "en el marco de la OTAN".

El presidente francés también aprovechará su visita para reunirse con las tropas de la OTAN en la región, visitando la base lituana de Rukla, donde están estacionados 300 soldados franceses integrados en un batallón internacional de la OTAN. Una presencia simbólica frente a las fuerzas rusas.

La Alianza Atlántica ha desplegado rotaciones permanentes de tropas en Polonia y Estados bálticos ante la percepción de una política agresiva por parte de Rusia desde la anexión de la Crimea en 2014.