Reto de Mintic | El Nuevo Siglo
Jueves, 30 de Septiembre de 2021

* Depurar la cartera y erradicar corrupción

* Acelerar agenda de transformación digital

 

El nombramiento de Carmen Rosa Valderrama en el Ministerio de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (Mintic), luego del escándalo por el caducado contrato con la Unión Temporal Centro Poblados, que llevó a la renuncia de Karen Abudinen, es una apuesta para poner la casa en orden tras las preocupantes manifestaciones de caos y falta de rigor que hizo evidentes el citado y bochornoso caso de corrupción. Pero tan importante como ello es no improvisar en materia tan trascendental como lo es el desarrollo y acceso digital en todas sus esferas.   

Colombia completa varias décadas dejando pasar oportunidades para integrarse con la seriedad y compromiso debidos a la creación de conocimiento a través de educación, innovación y creatividad. Tenemos una realidad negativa en términos de industrias 4.0 y del modelo de innovación 7.0, ya que nuestra economía se fundamenta en actividades primarias y extractivas que, además de ser en parte obsoletas, resultan insuficientes para atender las necesidades de la población.

De allí que concentrarnos en recuperar espacios y el tiempo perdido para desarrollar nuestras capacidades y transitar hacia servicios sofisticados y otras actividades basadas en conocimiento, el valor agregado y la innovación, debe ser la prioridad de la agenda nacional. Sin duda, una meta más importante y crucial que la mayoría de las que consumen la atención y energías del país en los turbulentos tiempos que corren.

Las TIC son un tema capital para el presente y para el futuro colombiano. No se trata, como algunos piensan, de un asunto limitado a la tecnología. En realidad, por su capacidad para transformar realidades, promover el progreso intelectual y material de personas y comunidades, así como de crear empleo y reducir la pobreza, estas tecnologías de punta son el gran instrumento para impulsar el desarrollo y la transformación económica y social de Colombia.

En el 2010, con el apoyo del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), la Universidad Nacional y Conciencias, un equipo técnico y especializado formuló el Plan Vive Digital que definió las rutas para construir el ecosistema digital del país. Es importante retomar ese sendero de acción y acelerarlo lo más posible.

Lo cierto es que hoy Colombia tiene una extensa e importante red de fibra óptica que conecta a 784 municipios y, según el DANE, en el 2020 el país llegó a 9,2 millones de hogares conectados. Sin embargo, todavía estamos en pañales en talento digital, fundamento de la productividad y competitividad de los emprendimientos, y a años luz de hacer realidad la hiperbólica consigna de ser “el Silicon Valley de Latinoamérica”.

Muchas de las principales falencias de nuestro desarrollo digital se hicieron evidentes en los confinamientos derivados de la pandemia de covid-19. Una de ellas es que enfrentamos todavía serios problemas de conectividad. Apenas 65% de los colombianos tiene acceso a internet y el país ocupa el puesto 83 en el Índice de Calidad de Vida Digital. La demanda de teletrabajo, comercio, educación y de múltiples servicios durante las cuarentenas evidenció también las desigualdades que existen en el país en la materia, afectando en especial a los niños y la juventud. El acceso y la calidad de la conexión son superiores en promedio en las ciudades respecto de las zonas rurales, así como en los estratos altos frente a los bajos. Adicionalmente la brecha digital afecta con mayor rigor a grupos sociales vulnerables, en particular a las mujeres.

El tema fondo es que no vamos tan bien como deberíamos en la tarea de integrarnos a la nueva economía basada en plataformas tecnológicas de producción, intercambio y consumo. Hay algunos avances, pero también son evidentes los retrasos en utilizar estas herramientas para tener un Estado más eficiente y transparente. Igualmente faltan muchos desarrollos para impulsar y transformar con nuevos recursos y funcionalidades sectores como agricultura, educación, justicia y salud, que fueron los prioritarios señalados en Vive Digital.

Visto todo lo anterior, tiene la responsabilidad la nueva Ministra de actuar firme y contundentemente contra la corrupción en esa entidad. Si bien a este Gobierno le restan apenas diez meses, hay tiempo para acelerar las metas y programas, aplicar correctivos y alinear esa hoja de ruta necesaria e imperiosa para que Colombia se convierta en un actor de primer nivel en la era digital en todos los campos posibles, dado que, como se dijo, sin ser competitivos en este flanco será muy difícil reactivar al país y enrumbarlo a un sendero de desarrollo y modernidad eficientes.