Acuerdo fiscal mundial histórico | El Nuevo Siglo
Viernes, 8 de Octubre de 2021

* Nuevo impuesto a las multinacionales

* El trasfondo de los “Pandora Papers”

 

Paulatinamente el mundo parece decidido a consolidar la teoría fiscal moderna, a la luz del derecho tributario que ha venido evolucionando y se está desarrollando en el ámbito internacional a la hora actual. Esto, de una parte, a partir del laudable esfuerzo que viene haciendo la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), cuyo propósito como se sabe es afianzar las buenas prácticas y el buen gobierno en el mundo y, de otra parte, a raíz de grandes investigaciones como la aparecida recientemente bajo el título de “Pandora Papers”, que han causado estremecimiento nacional y global.

Por un lado, la histórica reforma del sistema fiscal internacional, concluida ayer por la OCDE, garantizará que, en 136 países y jurisdicciones del planeta, las empresas multinacionales estén sujetas a un tipo impositivo mínimo del 15 por ciento a partir de 2023. Esta medida tributaria, que en principio se pensó de muy difícil trámite, permitirá la reasignación de 150 mil millones de dólares de beneficios procedentes, entre otros y en buena parte, de las 100 empresas multinacionales más grandes y rentables del mundo, entre ellas los gigantes de la tecnología digital, asegurando una porción tributaria más equitativa para los países del orbe. Con ello los nuevos excedentes de capital para infinidad de gobiernos permitirán abocar de mejor manera la crisis social y económica causada por la pandemia del coronavirus y dinamizar decisivamente los índices de empleo orbital. Según los expertos, el mayor impacto favorable se sentirá en los países de renta media y los que están en vías de desarrollo.      

    A no dudarlo, la negociación lograda a raíz de los esfuerzos de la OCDE y las propuestas en el G-20 es una noticia trascendental, puesto que después de años de intensas negociaciones finalmente se ha logrado un acuerdo mundial en torno a los desafíos fiscales de la digitalización de la economía y sobre todo la ampliación tributaria sobre la cual las multinacionales tendrán que desarrollar sus nuevas operaciones planetarias. Todo ello dentro del Marco Inclusivo Tributario, al que pertenecen 140 países, y que busca acoplar el sistema fiscal internacional al siglo XXI bajo nuevas normativas.

Por otro lado, las investigaciones sobre los llamados “paraísos fiscales”, a cargo en Colombia del periódico El Espectador y Connectas y de la que también hacen parte acreditados diarios del mundo, muestran una visión sobre la manera como el capital que se mueve en el exterior sigue utilizando furtivamente las fisuras y la opacidad tributaria que ofrecen ciertos países periféricos, e incluso territorios de Estados Unidos, para minimizar las tasas impositivas y aún para evadir totalmente el pago de impuestos en los lugares de origen.

En el caso colombiano, poseer una cuenta bancaria en un banco externo o ser accionista de una sociedad off shore (fuera de las fronteras) no tiene la tipificación de un delito o contravención. Siempre y cuando, y por obligación, las operaciones estén debidamente declaradas ante la DIAN y que hayan sido autorizadas por el Banco de la República, que es la autoridad cambiaria nacional.

Inclusive, en el marco evolutivo del derecho tributario, el fisco colombiano ha autorizado, en reformas impositivas recientes, regularizar capitales externos. Pero, si bien la normalización ha permitido grandes ingresos a la hacienda pública nacional, falta mucho en la lucha contra la elusión, la evasión y la minimización tributaria internacional. Hay que refinar muchos conceptos, por ejemplo, en temas complejos como los “precios de transferencia”. De hecho, según ha dicho la propia DIAN a raíz de los “Pandora Papers”, podría haber un número significativo de contribuyentes que permanece en situación irregular, a pesar de las alternativas fiscales otorgadas hace un lustro y de haberse prorrogado sus cláusulas recientemente. De hecho, un estudio calcula que, por cuenta de esos procedimientos opacos, se estarían dejando de recaudar 15 billones de pesos en Colombia. Es el reto que está por delante.

Las jurisdicciones opacas o no cooperativas, como ahora llama la OCDE a los “paraísos fiscales”, son una de las causas de los recaudos tributarios bajos en países que, como el nuestro, requieren maximizar sus ingresos ante tantas necesidades. La OCDE considera que estos “paraísos” envían un mensaje anómalo, se deben proscribir por su renuencia a la colaboración financiera mundial y, en suma, a su resistencia a hacer parte del nuevo derecho tributario global.

En todo caso, la adecuación del mundo a la teoría fiscal moderna, buscando tanto elevar la transparencia de los capitales frente a sus países de origen como consiguiendo tasas de tributación más razonables para las multinacionales, llegó para quedarse. Son dos facetas que, aunque diferentes, hacen parte de una misma naturaleza. En efecto, solo en esta vía podrá darse una globalización más justa y equitativa.