Adicción de Asia-Pacífico por el carbón amenaza objetivos climáticos | El Nuevo Siglo
EL USO del carbón en Asia es una costumbre milenaria. China prometió alcanzar la neutralidad de carbono en 2060. /AFP
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Lunes, 18 de Octubre de 2021
Redacción Economía

Las chimeneas escupen una humareda nociva hacia el cielo desde una planta energética alimentada por carbón en la costa de Indonesia. La postal ilustra la adicción de Asia por este combustible fósil que amenaza el cumplimiento de los objetivos climáticos.

La región Asia-Pacífico consume tres cuartas partes del carbón en el mundo. Al mismo tiempo, es de las áreas más castigadas por el impacto ambiental y sanitario del calentamiento global, con la densa contaminación en India hasta los extremos incendios de Australia.

La esperanza de un futuro más limpio aumentó con el compromiso de China, mayor consumidor mundial de carbón, y otros países que quieren alcanzar la neutralidad de carbono, pero gran parte de la región avanza muy lentamente a las fuentes renovables de energía.

"Estamos avanzando mucho más lentamente que el impacto del cambio climático. Se nos acaba el tiempo", advirtió Tata Mustasya, activista de Greenpeace en Indonesia.

El cambio es difícil en uno los últimos bastiones del combustible fósil más contaminante: cinco países asiáticos -China, India, Japón, Indonesia, Vietnam- son responsables de 80% de las nuevas centrales a carbón planeadas en el mundo, según un informe de Carbon Tracker.

Los compromisos asumidos son muy débiles, según analistas, con promesas que frenan la construcción de plantas y dificultan el financiamiento internacional de los países cooperantes, que a menudo no alcanza para los proyectos ya planeados.

Países ricos

Los críticos dicen que los países ricos no aportan suficiente financiamiento o conocimiento técnico para ayudar a los países pobres en la transición.

El desafío es ilustrado por la enorme planta de carbón de Suralaya en la isla de Java, Indonesia, una de las mayores del sudeste asiático, capaz de alimentar a 14 millones de hogares por año.

Indonesia se comprometió a alcanzar la neutralidad de carbono para 2060 y dejar de construir plantas de carbón para 2023, pero actualmente invierte 3.500 millones de dólares en una expansión de la planta de Suralaya para aumentar su capacidad.

La quema de carbón es responsable de gran parte de las emisiones de dióxido de carbono y es un obstáculo para reducir el calentamiento global a menos de 2ºC, como fue pactado en los Acuerdos de París de 2015.

Pero además de su aporte al calentamiento global, también afecta a las comunidades locales.

En un poblado de casas de techos rojos a la sombra de la planta de Suralaya, el polvo del carbón se acumula en los tejados y los vecinos se quejan de mala salud.

"Los problemas reportados en la zona incluyen tos y dificultades respiratorias", dijo Misnan Arullah, de la ONG Suralaya Care Forum, que defiende a los afectados por la contaminación.

"La gente se queja de irritación de ojos cuando trabaja en el campo", agregó.



Promesas

El mayor contaminador mundial, China, prometió alcanzar la neutralidad de carbono en 2060 y en septiembre dijo que dejaría de financiar plantas de carbón en el exterior.

Pero ha dado pocos detalles ni ha dicho si afectaría proyectos que ya están en cartera.

Casi 60% de la economía china depende de los combustibles fósiles y, en una señal de las dificultades por delante, las autoridades ordenaron este mes expandir la producción minera para enfrentar su escasez energética.

Japón, otro gran financiador internacional de carbón, se comprometió a endurecer las reglas de inversiones en plantas energéticas en el exterior, pero no detendrá el financiamiento gubernamental.

Una queja de los países en desarrollo es la insuficiente ayuda para contener la polución por carbono, mientras los países ricos han incumplido la promesa de aportar 100 mil millones de dólares anuales.

Ante la próxima cumbre climática COP26, una demanda crucial de India, segundo mayor consumidor mundial de carbón, es más ayuda internacional para financiar energías renovables y mitigar los impactos climáticos.

Nueva Delhi hasta ahora ha resistido la presión por fijar una fecha para alcanzar la neutralidad del carbono y, por el contrario, realiza nuevas inversiones en la minería de carbón.