Son cuatro años | El Nuevo Siglo
Jueves, 25 de Octubre de 2018

NI a la economía ni a la democracia, menos al clima político, les conviene mencionar siquiera la extensión del actual periodo presidencial. Es enloquecer aún más el ambiente político.

Parece que aún quedan hambrientos de mermelada.

No sabemos con qué nos saldrá este Gobierno y ya lo queremos ampliar.

Fue una insensatez, una salida en falso, del presidente del Senado, pues lo que hizo fue enrarecer aún más el ambiente político y atizar diferencias.

Ni al clima de los negocios, ni a los inversores, ni a los electores, ni a la clase dirigente, ni a la comunidad internacional, les cayó bien esa apresurada propuesta sobre periodos de gobierno.

El mandato del Presidente Iván Duque apenas amanece y es preciso dejarlo que inicie su travesía, sin distracciones de poder.

Ni siquiera sabemos el rumbo del actual Gobierno porque apenas intenta comenzar, y ya lo queremos amarrar a la silla.

Voceros del sector privado pidieron no darle importancia al incidente. Lo consideran como anecdótico.

Sin embargo, no deja de causar fastidio que el vocero del Congreso de la República, cercano y homenajeado por el Presidente Duque, recientemente, sea quien proponga ampliar su mandato de cuatro a cinco años.

La mayoría de colombianos no ven con buenos ojos que uno de los políticos de más confianza del Jefe del Estado, promueva una extensión de su administración.

Podría sugerirse que aquí hay ‘gato encerrado’.

Se diría que Macías lanzó la idea a ver cómo caía. Le salió una caricatura cantinflesca.

Se pensaría que el asunto podría haber surgido del mismo Centro Democrático. Parece que no, pues ninguno de sus integrantes, ni el expresidente Uribe, rodearon ese deseo inoportuno e impopular.

Es la voraz política, sedienta y electorera.

Es como si algunos, muy del lado del Presidente Duque, quisieran perpetuarse en esa cercanía, avivados por poder y dominio.

Tampoco es sano que haya sido como un distractor. Orientar por ejemplo, atención del pueblo y la oposición a otros frentes que no sean debates de control político al Minhacienda.

De mal gusto que uno de los escuderos del Gobierno promueva alargue de su periodo.

En arranque de una administración, de la que aún no se sabe para dónde va, una torpeza sugerir cinco años de Gobierno.

Es empezar a desboronar la institucionalidad.

Es de entrada, ponerle palos a las ruedas.

Una irresponsabilidad que causa incertidumbre.

Una salida en falso que ahonda la desconfianza.

A su turno, fue oportuno que el Presidente Duque respondiera que fue elegido para cuatro, no para cinco años.

Sensato que primer mandatario haya insistido en que no tiene en su mira la reelección.

En una nación con tantos y diversos problemas sociales es dañino distraernos.

Los grandes líos que debe afrontar el Ejecutivo no dan para tonterías.

Mejor que Macías se ocupe de recuperar credibilidad perdida del Congreso.

Esa fue, Presidente Duque, la compensación de su galardonado con la Orden de Boyacá.