Amanecer | El Nuevo Siglo
Jueves, 31 de Octubre de 2019

INICIA noviembre con expectativa de un nuevo mejor comienzo en Colombia.

Empieza a palpitar el colorido fin de año con nuevo decorado político.

A ganadores de elecciones regionales les amaneció con cielo despejado. A los mismos con las mismas los cogió la oscura noche.

Sin embargo, aún con nuevo mapa político a bordo, ahí están latentes los problemas.

Alcaldes y gobernadores electos el domingo ya saben de qué están hechos los grandes males locales.

Hora de ponerse el overol, de empezar a trabajar más y hablar menos.

Los resultados en urnas tienen connotación mayor a los ganadores y perdedores. El país se fatigó de polarización, odios y divisiones. La nación optó por un nuevo amanecer de la política y los dirigentes.

Las votaciones aclamaron nueva tendencia al mando para transformación de la sociedad con acento en transparencia, confianza y apoyo a las mujeres valientes y ganadoras.

Se dio un brinco al reconocimiento de las mujeres como líderes y gobernantes. Las eligieron porque ya caducó el patronato de políticos perversos y tóxicos a la comunidad.

Hubo un mensaje contundente y es que los votantes no tragan entero.

Los electores son un hueso duro de roer.

Sufragantes llenos de fobia a la corrupción.

La comunidad armándose de optimismo para volver a creer en los mejores.

La fuerza de la mujer en la escena política confirma que tanto mandamás cansó a la gente.

Bofetada certera a una clase dominante que hoy pierde sus feudos.

Estocada a quienes decidieron dividir con odio politizando el acuerdo de paz.

Quedaron señalados y debilitados quienes oponen resistencia a la reconciliación nacional.

El país los conoce y los rechazó en las urnas.

Perdieron su fortín quienes hacen trizas la unidad nacional polarizando y acusando.

Quienes hacen añicos la confianza ciudadana, fueron señalados en las urnas.

Expresidentes, excandidatos, senadores, líderes regionales y caciques de mala reputación, fueron noqueados en el cuadrilátero de la democracia.

La victoria en Bogotá de una mujer homosexual, luchadora, frentera, inteligente, cercana, buena persona, amistosa y familiar, es el comienzo de un nuevo enfoque social donde gobiernan los mejores, los que unen y no destrozan las esperanzas.

Claudia López es lo opuesto a mucho de lo que hay.

Ella es la nueva esencia decente de la política al servicio.

No le será fácil poner orden en una Bogotá hecha un caos. Pero ella es persistente, creativa y decidida a transformar. Cree en la gente y es una convencida de su plan de Gobierno.

No llega a tapar huecos. Viene a lograr una capital donde nos podamos mover.

No llega a ofrecer puestos, llega a promover e incentivar empresas e inversiones para el empleo.

Qué bueno las mujeres emprendedoras y exitosas al mando.

Qué bien mujeres valientes y echadas pa’ delante, en la dirección de las empresas y del Estado.

Las mujeres administran mejor, estiran el presupuesto y organizan el desorden. Hay que estar ciegos para no reconocer su talento. Recuerden, venimos de una mujer. ¿Les parece poco?