¿Ante el fracaso de la democracia? | El Nuevo Siglo
Jueves, 24 de Octubre de 2019

Jean François Revel, aquel sociólogo francés de origen socialista, de la champagne y el caviar, pasó a la historia por un libro titulado: Cómo se terminan las democracias, en el cual describió las amenazas existentes teniendo en cuenta el expansionismo soviético, comunista, de la post segunda guerra mundial.

Revel planteó que: “Las democracias están menos amenazadas en el interior y más que nunca en el exterior”. Actualizando a Revel, en el siglo XXI las democracias occidentales se encuentran amenazadas en todos sus frentes de lucha. Por las diferentes formas de lucha tanto al interior, como al exterior.

Por un lado se presenta la incomprensión de la sociedad frente al verdadero origen de los fenómenos de protesta social vs anarquismo, sumado a la insatisfacción general por el sistema democrático.

Por otra parte, los gobiernos de turno no cuentan con las mayorías parlamentarias para implementar su agenda como lo que acontece con el de Iván Duque, quién no ha podido impulsar su plan de gobierno como sucedió con la Ley de Financiamiento la semana pasada, lo que producirá el alza del peso vs dólar para llegar a niveles superiores de $4.500, ¿$ 5.000?, aumentando el déficit central vs deuda pública la cual se acerca peligrosamente al 50% del PIB.

Los presupuestos generales de la nación, a su vez, no son suficientes para cubrir las necesidades de la población cada vez más crecientes y, si lo son, los presupuestos, no se administran correcta y eficientemente como sostenía Adam Smith.

Bogotá, sin ir más lejos, se parece a una sala de emergencias de un hospital militar en un campo de batalla. No, nos pasan más cosas es de puro milagro. El ciudadano de a pie sale de su casa con una mano atrás y otra adelante, en manos de Dios y con el corazón a mil revoluciones por minuto.

Bogotá se encuentra en su punto de quiebre, de inflexión como dicen en el argot militar, por cuenta de los violentos y anárquicos disturbios presentados durante las últimas semanas mezclados con la quinta columna que menciona Revel con el fin de generar el caos, como de hecho sucedió.

Precisamente, quién sea elegido en el Palacio de Liévano, deberá tomar una serie de ajustes, políticos, sociales y económicos, más aún, teniendo en cuenta que el presupuesto de Bogotá es superior a los $25 billones al año.

Según las proyecciones, se elegirán 45 concejales: PV: 9, PCD: 7, PLC: 5, PCR: 4, PPD: 3, PBG: 3, PCJL: 3, PM: 3, PCH: 2, PC: 2, PV: 2, PU: 1, P CR: 1.

De resaltar que la composición del concejo bogotano se dará por cuenta de diferentes movimientos en detrimento de los partidos políticos tradicionales. La mayor amenaza para la ciudad será, por lo tanto, la falta de gobernabilidad.

Por consiguiente propongo una política de concertación pública para los cuatro años en los temas fundamentales, como diría Álvaro Gómez Hurtado, con el fin que Bogotá no se estanque sino que siga adelante enfocada en los siguientes puntos:

Política juvenil, Transporte, Adultos Mayores, Familia, Universidades públicas, Autonomía universitaria, Salud, Impuestos.

De no alcanzar una política de concertación sobre lo fundamental, deberíamos plantearnos si la democracia, como mencionó Revel, tan solo será un punto en medio de la línea del tiempo de la historia de la humanidad.

Puntilla: Mientras tanto, el inefable Ramiro Bejarano aquel director del Das durante el gobierno del elefante, comenta que por cuenta de la liberación del hijo del Chapo Guzmán en México, el gobierno claudicó frente al narcotráfico. Un burro hablando de orejas…