Cuatro monos churucos se recuperan en el Meta | El Nuevo Siglo
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Domingo, 20 de Octubre de 2019
Redacción Nacional

Cuatro ejemplares de monos churucos, de la especie Lagotrix lagotricha, fueron trasladados desde los departamentos de Antioquia, Caldas y Cundinamarca hasta el Meta, donde volverán a la libertad en la Reserva Natural Rey Zamuro Matarredonda.

En una gestión conjunta entre Corpocaldas, Cornare, el Equipo de Fauna Silvestre del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, Corantioquia y la Universidad CES, y la Secretaría Distrital de Medio Ambiente de Bogotá (SDA), los animales fueron seleccionados y revisados para participar de un proyecto de reintroducción de churucos.

Estos ejemplares normalmente tienen pocas posibilidades de ser reintroducidos a sus entornos naturales, debido a que su recuperación requiere infraestructuras y procesos de difícil ejecución. Por eso, las entidades consideraron importante la oportunidad de incluirlos en el proyecto Implicaciones ecológicas y fisiológicas del proceso de rehabilitación y reintroducción de un grupo de monos churucos (Lagothrix spp.), en Colombia, ejecutado desde 2016 por el Laboratorio de Ecología de Bosques Tropicales y Primatología de la Universidad de los Andes en colaboración con Cormacarena.

En este proceso se espera que los animales recuperen sus habilidades para reintroducirse a su medio natural: que a través de estímulos permanezcan en el dosel arbóreo, reconozcan los frutos silvestres, conformen un grupo que les permita interactuar y protegerse mutuamente, entre otros aspectos. Una vez los investigadores determinen que es viable, procederán a su liberación y monitoreo en la zona elegida, que cuenta con un bosque que puede proveer refugio y alimento a los primates.

Sobre los monos churucos

Son uno de los primates más amenazados del país, categorizados como Vulnerables a la extinción según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Su tenencia en cautiverio les causa diversas enfermedades y comportamientos aberrantes, producto de la alimentación con comidas procesadas, el trato humanizado y el haber crecido lejos de sus semejantes.

Además, los churucos tienen la función dentro del ecosistema de dispersar semillas. Así, se calcula que una manada de churucos puede diseminar un promedio de hasta 200 especies de plantas anuales, lo que ayuda a mantener la estabilidad de los bosques.

El churuco, mono choyo, mono barrigudo o mono lanudo gris, mono choro (Lagothrix lagothicha), es una especie de primate platirrino perteneciente a la familia Atelidae. Es una de las cuatro especies del género Lagothrix (monos lanudos) y habita principalmente en la Amazonia, al suroeste de Colombia, y en pequeñas regiones al norte de Ecuador, Perú, Brasil y al sur de Venezuela.

Es una de las especies más grandes de monos del Nuevo Mundo, y al igual que las otras especies del género Lagothrix, se caracterizan por la textura lanosa de su pelaje, el cual varía desde gris claro hasta castaño obscuro, y una cola muy larga y prensil, la cual funciona como un quinto miembro durante la locomoción.

Son animales sociales que forman grupos numerosos integrados por individuos de todas las edades. Utilizan una gama amplia de vocalizaciones, las cuales aplican para comunicarse durante las interacciones sociales. Son primates diurnos, arbóreos, y se alimentan particularmente de frutos que encuentran sobre las ramas de los árboles.

Un churuco en Caldas

El individuo proveniente de Caldas ingresó en el mes de septiembre de 2019 al Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación de Fauna Silvestre Montelindo, ubicado en la vereda Santagueda del municipio de Palestina, producto de una entrega voluntaria.

Durante su estadía se le realizó valoración médica, biológica y zootécnica, además de enriquecimientos ambientales y nutricionales. En junio de 2019, el animal fue trasladado al Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación de Victoria donde continuó su proceso de rehabilitación.

En cifras

En los Centros de Atención, Valoración y Rehabilitación de Fauna Silvestre de Corpocaldas permanecen entre 300 y 400 animales aproximadamente, y al año se atienden alrededor de 1.200 especímenes