Nuevo mapa político | El Nuevo Siglo
Lunes, 28 de Octubre de 2019
  • Claudia López, alcaldesa de Bogotá
  • ‘Palos’ en diferentes ciudades del país

 

La democracia colombiana salió ampliamente vigorizada en el día de ayer. Los comicios regionales y municipales han demostrado, sobre todo en las grandes urbes del país, que existe espacio para diferentes alternativas. Si bien las coaliciones preponderaron en la mayoría de los resultados, también es cierto que candidatos sin ninguna posibilidad al comienzo de la justa electoral resultaron triunfantes. En todo caso, la participación en las urnas llegó a un promedio del 60 por ciento, ganándole espacio a la abstención.

En Bogotá, por primera vez y en un hecho histórico, ganó una mujer, en cabeza de Claudia López, para lo cual se venía preparando a conciencia, asumiendo riesgos y usando la creatividad política. Bajo estos factores logró llevar a cabo una consulta anticorrupción, hace un año, que de antemano la puso en el foco para la Alcaldía capitalina, casi logrando el umbral de aprobación de ese mecanismo de participación ciudadana. A partir de entonces obtuvo situarse inicialmente con el 40 por ciento de favoritismo en las encuestas bogotanas, obteniendo finalmente el 35 por ciento de los votos, al sumar 1.108.541 sufragios. Si bien la mayoría de las encuestas daban un empate técnico con Carlos Fernando Galán, la candidata de la Alianza Verde y el Polo Democrático redobló sus esfuerzos y supo remontar la leve desventaja que reflejaban los sondeos. En su discurso de victoria anoche la entrante mandataria prometió unir a la ciudad y luchar por la igualdad y el cambio.

El otro gran ganador en Bogotá fue, precisamente, Carlos Fernando Galán, quien a pesar de perder la silla del Palacio Liévano por un 2,73 por ciento, logró 1.022.362 votos, a partir de una candidatura totalmente independiente y sin el respaldo de ningún partido. En este sentido, ocupando el centro del espectro político, podría situarse por anticipado en el partidor para las candidaturas presidenciales de 2020, puesto que después de la alcaldesa electa, es el aspirante más votado en el país.

Pero, al mismo tiempo, el país vio varios ‘palos’ en algunas ciudades: básicamente en Medellín, Cúcuta, Bucaramanga, Cartagena, Santa Marta y Villavicencio. Son todos alcaldes y alcaldesas que se presentaron como alternativas frente a la clase política tradicional. Esto quiere decir, en buena medida, que la democracia regional ha apostado por el recambio y esa alternación y apertura fue precisamente la idea central por la cual Álvaro Gómez Hurtado propuso la elección popular de alcaldes. Mucha responsabilidad, pues, cabe en ellos, ya que tendrán encima los ojos avizores de quienes buscarán desbancarlos y recuperar el poder.

Sin embargo, en la gran mayoría de las alcaldías del país y en buena parte de las gobernaciones el triunfo fue de las coaliciones partidistas. En esa dirección es claro que ya las colectividades no están en capacidad de ganar por sí solas los ejecutivos regionales y locales, y en muchos casos hubo tres, cuatro y hasta seis o siete avales a un mismo aspirante.

Ya analizando el mapa político resultante de las urnas hay un consenso en torno a que el Centro Democrático fue de los perdedores de la jornada, especialmente en Bogotá, Medellín así como en otras alcaldías de capitales departamentales y gobernaciones. Igualmente sucedió con varias de las casas políticas tradicionales, contra las que fue evidente un voto castigo por los escándalos de corrupción. De otro lado, en el Atlántico el triunfo de la casa Char se dio en toda la línea así como el del poderoso grupo de la gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro. En contraste, en la alcaldía de Cali se confirmó el favoritismo del candidato de izquierda, Jorge Iván Ospina.

Entre las grandes damnificadas en varias partes del país están las firmas encuestadoras. En efecto en muchos lugares no atinaron, reiterándose la necesidad por parte de las autoridades electorales de reglamentar de mejor manera la forma en que se realizan estos sondeos y pronósticos sobre el clima de la campaña.

De nuevo, la Registraduría Nacional del Estado Civil se lució, pues los resultados se entregaron de forma ordenada y rápida, empezando por los de las alcaldías, luego los de  gobernaciones y después concejos, asambleas y JAL. Esa eficiencia y transparencia marca una gran diferencia frente a lo que ha pasado en otros países en donde las dudas que se ciernen sobre su organización electoral deslegitiman sus democracias.

Por último, pero no menos importante, está el hecho de que el presidente Iván Duque reiteró anoche que está listo para trabajar con todos los mandatarios entrantes. El hecho, a no dudarlo, es que son múltiples los mensajes mandados desde la democracia local y regional que debe entender y analizar el Gobierno nacional. Es innegable que hoy hay un nuevo mapa político en el país.