Votos y pillos | El Nuevo Siglo
Jueves, 10 de Octubre de 2019

A última hora, como deshojando margaritas, colombianos definirán su voto para elecciones regionales del 27 de octubre.

Incluso muchos votantes decidirán, sobre la fecha, si salen o no a las urnas.

Estas dos últimas semanas serán cruciales para el voto.

Los ciudadanos quieren tener una mejor idea de sus candidatos.

Se conoce poco del enfoque social de mayoría de aspirantes.

Han anunciado generalidades, pero sin concretar un modelo de gestión que oriente a la comunidad.

Como el peor de los mundos es no salir a votar, muy seguramente, al filo del 27, los ciudadanos sabrán escoger sus aspirantes.

Las elecciones regionales llegan en momentos en que al país, a la economía y al Gobierno, les va regular.

Vienen comicios en una temporada salpicada de fugitivos, disidentes, equivocaciones diplomáticas, y en general, desconfianza nacional.

El común denominador de las campañas ha sido distanciamiento entre candidatos y ciudadanos.

No ha habido ‘filing’ entre quienes aspiran a gobernar y los electores.

Sin cercanía no hay información precisa.

Hay incertidumbre acerca del contenido para administrar pueblos y departamentos.

Tres puntos centrales están ausentes en campañas: empleo, pobreza y seguridad.

Casi todos agitan banderas del fin al caos en movilidad. Sin embargo, no muestran sus cartas para poner a crecer economías locales.

Pueblos, ciudades y departamentos necesitan combatir el desempleo.

Crear empresa, fortalecer el comercio formal, reducir informalidad, mejorar el sistema de salud, acceso a educación gratuita, financiar a emprendedores y promover un país de propietarios con vivienda digna, son asuntos que preocupan al ciudadano.

Que no se roben la plata en alcaldías y gobernaciones, que corruptos no lleguen a administraciones, que bandidos no hagan de las suyas, que bravucones no sigan mandando y que contratos torcidos y amañados no destruyan la confianza, son menesteres urgentes.

No será fácil evitar que sinvergüenzas politiqueros se salgan con la suya.

Llegarán algunos corruptos mandamás, capataces y rancios caciques al mando.

Con dinero en mano, presiones y maquinaria vieja y oxidada seguirán siendo autoritarios. 

Hay regiones de gentes muy pobres y olvidadas donde la política huele mal.

Uno que otro pillo, candidato pícaro y sagaz, logrará colarse el 27.

No se sabe cuánto, pero mucho dinero se habrá movido comprando votos.

La cultura política ciudadana debe tener memoria.

Quienes salen a sufragar saben que con entereza nos va mejor.

Elegir la mejor pasa por saber de ellos, conocerlos y creerles.

No salir a votar por quien genere dudas.

No ir a las urnas por el hampón.

No feriar el voto por quien no es digno de crédito.

Hay mujeres y hombres en campaña buena, decente y de fiar.

También está el malandro oportunista con patrocinador atrás.

Por una economía próspera en regiones, votar a conciencia es el negocio.

Colombia es un país de regiones donde es prioridad reducir pobreza, crear empleos, abrir negocios, y mejorar seguridad.

Para creer que podemos, empecemos bien nosotros el 27 de octubre.

Ojo al pillo, pícaro de oficio, astuto y sin escrúpulos.