Una dura crítica al partido Farc, cuya cúpula hace pocas semanas se atribuyó el magnicidio del dirigente conservador Álvaro Gómez, ocurrido hace 25 años, hizo ayer el presidente Iván Duque.
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“La investigación tiene que llegar a la verdad real, no a la verdad elaborada con propósitos que hoy son bastante dudosos. Que aparezcan grupos a adjudicarse semejante magnicidio, pero con responsabilidades indeterminadas, diciendo que eso fue pensado hace más de 30 años y que quienes participaron ya no están en el mundo terrenal, pareciera una especie de opereta para tratar de construir un petri metri de sastrería procesal al servicio de quién sabe quién", expresó el Jefe de Estado al intervenir en el foro académico que sobre el caso del inmolado líder político y periodista se hiciera este miércoles en la Universidad Sergio Arboleda.
Duque, quien fuera alumno de Álvaro Gómez e inclusive fue una de las últimas personas en conversar con él en ese claustro universitario en la mañana del 2 de noviembre de 1995 antes de que fuera baleado, aseguró que “este crimen no puede quedar en la impunidad”.
Tras destacar que la declaratoria del crimen del Dr. Gómez como de lesa humanidad (en diciembre de 2017) “ha mantenido viva la investigación” y que “muchos esperaban que el barniz del tiempo construyera impunidad”, insistió en que la investigación “tiene que llegar a la verdad real, no a la verdad elaborada con propósitos que hoy son bastante dudosos”.
Reiteró que hay miembros de “ese secretariado (el de las antiguas Farc) que no están en el proceso transicional y que siguen estando en la competencia de la Fiscalía”, al tiempo que agregó que aquellos que desde “el lado transicional se arrogan el haber sido participantes o conocedores” también pueden ser confrontados por el ente acusador.
“Los colombianos no podemos quedarnos en verdades con principios de rumor y que, además, no tienen un sustento hasta ahora demostrado” afirmó. Insistió Duque en que las Farc tienen que ser muy precisas en las circunstancias de modo, tiempo y lugar sobre su versión acerca de la autoría del magnicidio.
No fueron las Farc: Mauricio Gómez
De otro lado, por considerar que era la única persona que estaba intentando hablar con ellos, el periodista Mauricio Gómez Escobar, hijo del exdesignado asesinado, reiteró que las Farc mienten al señalar que fueron las autoras intelectuales y materiales del magnicidio.
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En el mismo acto de la Sergio Arboleda, Gómez Escobar presentó una grabación en la que Álvaro Gómez reseña los intentos de abrir diálogos con esa guerrilla, y en la que se puede apreciar que “le está echando algunas pullas al gobierno Samper por no pararles bolas" a estos esfuerzos.
Agrega que esa grabación, que data de marzo de 1995, “es una prueba de que las Farc no asesinaron a mi padre, que era la única persona que estaba hablando de dialogar con ellos. No creo que ese fuera un motivo para que las Farc lo fueran a matar", aseguró.
“Las Farc hacen un hecho revolucionario por excelencia, que es asesinar al principal enemigo de sus ideas, ¿y ese hecho lo hacen para no reivindicarlo? No solo no lo reivindicaron, sino que se lo guardaron 25 años", expresó Mauricio Gómez.
La falsedad de la hipótesis de que fueron las Farc las autoras del magnicidio también fue enfatizada por Enrique Gómez Martínez, sobrino y representante de la familia en el proceso, quien recordó que todo apunta a que fue un "crimen de Estado".
“Si se acepta la versión de que fueron las Farc los entes investigadores se tomarán miles de horas de pesquisas intentando establecer los hechos, sabiendo que esa hipótesis es falsa y, mientras tanto, las 332 pruebas que se han reunido sobre la hipótesis del ‘crimen de Estado’ en la administración de Ernesto Samper van a quedar detenidas, en un trancón investigativo", advirtió.
Por su parte, el exfiscal general Néstor Humberto Martínez (bajo cuyo mandato en el ente acusador el crimen se declaró de lesa humanidad) sostuvo que, en caso de confesar cualquier delito un miembro del Congreso, este debe quedar de inmediato a disposición de la Corte Suprema de Justicia, puesto que así están regladas las disposiciones constitucionales en cuanto al fuero parlamentario. De tal modo, el senador del partido Farc, Julián Gallo (alias ‘Carlos Antonio Lozada’), quien envió una carta a la jurisdicción transicional adjudicándose en las últimas semanas el magnicidio de Álvaro Gómez Hurtado, debe también ser investigado a ese nivel.
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En los últimos días, igualmente, se han dado a conocer versiones de los hoy reincidentes de las Farc, en cabeza de alias “Jesús Santrich”, de acuerdo con las cuales, tanto el jefe de esa organización hoy desmovilizada, Rodrigo Londoño, alias ‘Timochenko’, como el mismo ‘Lozada’, caen en contradicciones sobre la acción de las Farc en el magnicidio.
Más dudas
De otro lado, en el mismo evento de la Sergio Arboleda, intervino el profesor Hernán Gonzalo Jiménez, director del Instituto de Derecho Penal y Ciencias Criminalísticas “José Vicente Concha”, de ese claustro de educación superior. Jiménez era, en la época del magnicidio, director del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI).
El hoy profesor lamentó que tras 25 años las autoridades no hayan logrado determinar a los responsables, quienes han quedado en la impunidad en parte porque las pruebas recaudadas han desviado la investigación.
Para Jiménez, el reconocimiento de las Farc "ha generado sorpresa en todos los investigadores y fiscales que han conocido de esta investigación". Reveló que entre ellos hay "extrañeza, porque en las líneas de investigación que se han adelantado hasta hoy, por ninguna parte aparecía indicio alguno que pudiera señalar a la organización subversiva como partícipe de este magnicidio".
Aunque desde el punto de vista del derecho penal no se puede descartar ninguna hipótesis, el profesor Jiménez apuntó que la aceptación de la responsabilidad de las Farc no tiene ningún valor probatorio, por lo que consideró que los jefes guerrilleros "deben revelar las circunstancias de tiempo, modo y lugar; las motivaciones; quiénes fueron sus colaboradores; si los cientos de testimonios recibidos para desviar las investigaciones son parte de una estrategia de las Farc; si los testigos eran integrantes de la guerrilla, porque no hay ninguna posibilidad de que la justicia penal colombiana pueda aceptar, después de 25 años, simplemente una confesión de esa naturaleza".
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Por su parte, el abogado y mayor (r) Carlos Ospina, integrante de la Comisión de la Verdad, al intervenir en el evento de la Sergio, llamó la atención en que, como las víctimas deben estar en el centro del proceso, "mi voluntad está con las víctimas, y en este caso particular, con la familia del doctor Gómez".
Tras anunciar que la Comisión de la Verdad, el Centro Nacional de Memoria Histórica y la Universidad Sergio Arboleda elaborarán un informe que permita estudiar el caso a fondo, el mayor (r) Ospina juzgó que las autoridades judiciales deben profundizar en todas las hipótesis posibles, con el fin de llegar a la verdad procesal. Precisó que las instituciones encargadas de la reconstrucción de la historia, de la verdad y de la memoria tienen que avanzar en investigaciones sobre lo que representó la obra de Gómez Hurtado en el país y el impacto de su asesinato. Además urgió por un acompañamiento irrestricto en la ruta de investigación que está llevando a cabo la familia Gómez en búsqueda de la verdad.