Una economía a todo vapor | El Nuevo Siglo
Miércoles, 17 de Noviembre de 2021

* Indicadores superiores a los de prepandemia

* Desempleo e inflación, dos señales de alerta

 

La reactivación de la economía colombiana se mantiene a un buen ritmo, como lo han venido evidenciando muchos de los indicadores de industria, comercio, consumo, ventas, demanda de energía, dinamismo financiero, transporte multimodal, construcción, inversión extranjera, balanza de importaciones y exportaciones, recaudo tributario, empleo y turismo, entre otros aspectos macro y micro del aparato productivo.

En ese orden de ideas, no sorprende ni puede considerarse atípico lo revelado por DANE este martes en torno a que el Producto Interno Bruto (PIB) creció un 13,2 por ciento en el tercer trimestre de este año. Una cifra que cobra aún más relevancia si se complementa con otra tanto o más contundente: en lo corrido de 2021, respecto al mismo periodo del año anterior, duramente impactado por la crisis pandémica, se registra un incremento del 10,3%. Hacía muchos años que el país no registraba en los primeros nueve meses una cifra de dos dígitos en la materia.

Los señalados guarismos ponen de presente varios hechos clave. En primer lugar, que la economía local tiene un alto poder de resiliencia y ya logró dejar atrás una parte importante del drástico efecto recesivo que produjo la emergencia sanitaria. No hay que olvidar que al cierre del año pasado el PIB registró un retroceso del 6,8 por ciento, que si bien es la caída más drástica en décadas, pudo ser peor ya que a mediados de 2020, en la época de las cuarentenas más fuertes, se pensaba que la descolgada sería superior al 10 por ciento.

En segundo término, es evidente que se está creciendo ya por encima de los indicadores que tenía Colombia en la prepandemia. Por lo tanto, hay una reactivación productiva más allá del mero “efecto rebote” de la economía por la crisis del año pasado. Las actuales cifras trimestrales y de año corrido son superiores a las de 2019, es claro.

A lo anterior se suma que el ritmo de la recuperación pone a Colombia de nuevo en la parte alta de la tabla a nivel regional y continental. El propio Ministerio de Hacienda recalca que si las aludidas cifras se comparan con las de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que ya han publicado sus resultados del tercer trimestre de 2021, se encuentra que nuestra nación registró el mayor crecimiento anual y trimestral  (12,9% y 5,7%, respectivamente), duplicando, por ejemplo, a México, que está segundo en esa clasificación parcial. Incluso, en algunos cruces estadísticos Colombia presenta un rendimiento mejor que el de varias potencias globales y emergentes.

¿A cuánto estaría creciendo el país si no se hubiera presentado la oleada de paros, bloqueos y vandalismo de abril y junio pasados? Esa es una pregunta que ronda a no pocos expertos y que pone de presente, una vez más, el inmenso daño causado por los sectores radicales que promovieron las asonadas, el terrorismo y los ataques contra la Fuerza Pública y la población en general a mediados de este año.

¿Cuánto crecerá la economía este último trimestre y el año en general? Las proyecciones del Gobierno, el Banco de la República, la banca multilateral (Banco Mundial, FMI y BID) así como de la Cepal o la OCDE, al igual que de muchos centros nacionales de estudios económicos especializados, señalan que el PIB colombiano este 2021 podría estar por encima del 8 o 9 por ciento, aunque algunos pronósticos apuestan a un guarismo de dos dígitos. Pero lo más importante es que para el 2022, cuando los ciclos productivos ya deberían estar dejando atrás todo el efecto pandémico, se calcula un incremento por encima del 4 por ciento, de nuevo en la parte alta de la tabla continental.

¿Se puede dar por superado el coletazo económico de la emergencia sanitaria? No, hay avances sustanciales pero la crisis y sus efectos continúan. Prueba de ello es que la tasa de desempleo todavía es alta y no se ha recuperado la totalidad de las plazas perdidas el año pasado. Muchas empresas y familias siguen dependiendo de los alivios y apoyos activados en el plan de contingencia, financiados con un billonario presupuesto público, lo que disparó el déficit fiscal y el endeudamiento. También es claro que hay una preocupante escalada inflacionaria derivada de factores marcadamente externos, en especial la escasez y carestía del transporte. Algunos rubros de productos, bienes y servicios no han despegado con la fluidez requerida y hay otros a los que la llamada ‘nueva normalidad’ podría estar condenando al ostracismo definitivo…

Por ahora lo importante es que la economía está creciendo. Solo así puede convertirse en la correa de transmisión para acelerar la recuperación social y productiva del país tras la crisis más grave de las últimas décadas.