Cuídese del éxito | El Nuevo Siglo
Jueves, 29 de Noviembre de 2018

Escribo este articulo como el resultado de una experiencia de vida, una motivación personal que puede ser útil a mucha gente que busca o cree haber alcanzado el éxito en su vida o también para aquel que siente que el éxito le es esquivo. Sumo a lo anterior todos aquellos que están atravesando momentos exitosos sin reconocerlo, pero especialmente a quien teniendo éxito cae abruptamente sin entender que pasó, cuando roto en pedazos llora amargamente lo que considera una derrota.

Pero no me ocupo de los éxitos parciales, me refiero al éxito total en la vida, sin importar la edad, la condición social, económica o tipo de actividad, porque el éxito finalmente es el resultado continuo de sucesos que componen la vida de una persona.

Pero veamos en más detalle de que se compone el éxito, pues para muchos se traduce en fama, dinero, lujos, bienes, rentas, posición social, reconocimiento, logros, menciones, condecoraciones, publicaciones, etc. Existen muchas formas representativas que marcan el éxito de una persona y eso esta bien, es real ante la sociedad y desde luego para la misma persona.

Sin embargo existen muchas, muchísimas personas anónimas que de alguna manera carecen de esos activos pero que gozan de un inmenso éxito en sus vidas, partiendo de la satisfacción personal consigo mismo, de la forma como han administrado sus vidas, evitando problemas o superándolos, cumpliendo con sus compromisos familiares, sociales y legales. Aquellas personas que pese a la enorme dificultad de la existencia, se han esforzado por vivirla a plenitud, entendiendo sus limitaciones y sin dejarse llevar de la exagerada ambición de poder, dinero y fama, que irónicamente son los peores enemigos del éxito, ya que esclavizan a la persona, la desfiguran de su autentica realidad y le pitan fantasías que terminan destruyéndolos.

No digo que todos los ricos, poderosos o famosos atraviesen por esas circunstancias, pero si muchos de ellos. Por lo general quien abunda en dinero se convierte esclavo de él, lo mismo el famoso y el poderoso, porque el declive llega tarde o temprano, bien sea porque su tiempo pasó u otros lo superaron. Al deportista que le llegó el ocaso, el actor o actriz cuyos atributos se apagan con el tiempo, el escritor cuyas obras ya no dicen nada, el político que termina sin poder, desprestigiado o preso.

Es ahí donde quien ha alcanzado éxito debe saber que es muy esquivo, traicionero que una vez obtenido se encarga de cobrarlo. Por eso lo mejor es dosificarlo, no depender de él, no vanagloriarse, saber controlarlo, cuidar su estabilidad emocional, identificar la verdadera medida del éxito, cuidar la salud, ejercitarse, llevar buenos hábitos sin privaciones, divertirse sanamente, valorar su familia, sus verdaderos amigos, cuidar sus amores, ayudar a los demás, velar por su economía, no envalentonarse por logros y triunfos pues estos son pasajeros, pero si disfrutarlos en su momento.

Todos podemos ser exitosos si nos proponemos, si controlamos los impulsos, pero lo más importante si logramos identificar nuestro propio éxito, así hayamos pasado o nos encontremos en situaciones difíciles, estas siempre son pasajeras.

arangodiego@hotmail.com