Mi Santa Iglesia | El Nuevo Siglo
Jueves, 22 de Noviembre de 2018

Comienzo este articulo diciendo que soy defensor de mi Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, además me confieso papista y amo a mi iglesia. Esto lo aprendí de mi abuela, madre, esposa y de mi hija, pero más aun por convicción personal, pues me he ocupado de conocerla por dentro y por fuera.  Quiero dejar claro esto porque en la vida se tiene que ser coherente con sus creencias.

Reconozco que la iglesia es divina en su esencia, pero humana en su proceder, llevando innumerables beneficios a la humanidad y cometiendo tremendos errores en su historia, pero aún así el balance es inmensamente favorable a lo positivo.

La Iglesia Católica ha jugado papeles importantísimos en estos dos mil años de cristianismo: ha desarrollado la fe en el mundo, ha crecido el espíritu de miles de millones, ha sido la entidad mas caritativa, educadores por excelencia, ha inspirado gobiernos y gobernantes, ha a subsistido a los ataques mas feroces, ha soportados muchos sismas y deslealtades, ha sido victima de los errores de sacerdotes, religiosos, religiosas, jerarcas y hasta de algunos Papas, todo ello y mucho mas están en el pasivo de su historia.

Existen numerosos libros, películas, videos, obras, artículos e investigaciones periodísticas cuestionando y sembrando dudas sobre la divinidad de la Iglesia y actuaciones de sus miembros, pero aún así ha prevalecido y prevalecerá. Bien lo dijo Jesús: “Mas yo te digo, tu eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, las puertas del infierno no prevalecerán contra ella” Mateo: 16,18.

Eso no cambiará, aunque algunos periodistas, intelectuales, renegados o malquerientes ataquen nuestra Iglesia Católica, esta jamás se acabará, porque ante una sola cosa mala de un sacerdote, existen millones de cosas buenas realizadas por miles de ellos.

Cuantos hospitales, centros de salud, misiones humanitarias, albergues, hogares, escuelas, colegios, universidades, iglesias, capillas, santuarios, obras de caridad, asistencias y ojo con esto: cuantas eucaristías diarias se registran en el mundo, confesiones, bautismos, matrimonios, confirmaciones, extremaunción, visitas a los presos, a los desposeídos, cuantos mercados reparte la iglesia diariamente en el mundo. No hay asuntos de paz, asistencia a desplazados en los lugares más recónditos, donde un sacerdote catolico o una monja no esté. Testimonio de ello está en los miles de santos de la iglesia.

Si, nuestra iglesia es santa y extremadamente útil a la humanidad, ella en su esencia no comete errores, algunos de sus miembros si y ella los sanciona, pero siempre en la caridad hacia el ofendido y misericordia con el ofensor. Jesús no vino a juzgar, vino a redimir nuestros pecados y en esto la iglesia es fiel.

Yo apoyo irrestrictamente a mi Santa Iglesia y lo hago con firmeza y la defiendo, sobre todo porque soy un catolico consecuente con Jesús, la Santísima Virgen, el Papa, los sacerdotes y prelados de la iglesia. Pero tampoco cohonesto con los errores de algunos de ellos, dejo a la justicia eclesial, a la civil y especialmente a la justicia de Dios los resultados que se den por sus faltas. ¡Quien soy para juzgarlos!

arangodiego@hotmail.com