¿Sanciones para frenar "agrarrones" en el Congreso? | El Nuevo Siglo
Foto Diana Rubiano/ El Nuevo Siglo
Sábado, 16 de Noviembre de 2019
Redacción Política

La Mesa Directiva del Senado considera la posibilidad de aplicar el artículo 73 de la Ley Quinta, que establece suspenderles el uso de la palabra a los senadores que incurran en indisciplina

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Muy comentado ha sido por la opinión pública el fuerte choque verbal que se presentó en la plenaria del Senado entre congresistas del Centro Democrático y Benkos Biojó, del partido Farc, durante la discusión de la reforma constitucional que excluía de futuros procesos de paz que el delito sexual fuera conocido por la justicia transicional.

La confrontación entre legisladores que tienen posiciones diferentes –a veces diametralmente opuestas– es precisamente la razón de ser del ejercicio parlamentario, pero es que en esta ocasión los adjetivos subieron de tono, llegando a calificarse mutuamente de “cínico” y “asesino”.

Lo encendido de los ánimos llevó al presidente del Senado, Lidio García, del Partido Liberal, a levantar la sesión.

Este tipo de incidentes, que sobrepasan la confrontación política, ya se están volviendo frecuentes. Uno reciente, también muy fuerte, lo protagonizaron los senadores Wilson Arias, del Polo Democrático, y Álvaro Uribe, del Centro Democrático, quienes se enfrentaron por las reformas laborales en el país.

Esta vez, sin embargo, el episodio parece que pasará a mayores, pues la Mesa Directiva del Senado considera la posibilidad de sentar un precedente de respeto y aplicar el artículo 73 de la Ley Quinta, que establece suspenderle el uso de la palabra, entre uno y 30 días, a los senadores que incurren en indisciplina.

“El comportamiento que han venido presentando los senadores que conforman las dos bancadas, en los distintos debates de control político, es inaceptable. Este es un altercado inadmisible, un acto bochornoso que es irrespetuoso hacia los propios colegas, con el país y el templo de la democracia, donde se viene es a legislar por parte de los senadores que conforman los diferentes partidos con asiento en el Congreso de la República”, dijo García.

Las sanciones no pararían, allí pues es posible que ante la Comisión de Ética y Estatuto del Congresista se instaure una acción disciplinaria por los hechos que tuvieron lugar en la plenaria. Pese a que en la Ley 1828 o Código de Ética y Disciplinario del Congresista no hay un parágrafo explícito que sancione estas conductas, en los hechos sancionables figura el “ejecutar actos que afecten la moralidad pública del Congreso; la dignidad y buen nombre de los congresistas, en la función congresional”.

Según conoció EL NUEVO SIGLO, tras el incidente el Centro Democrático le hizo un llamado de atención al senador Fernando Nicolás Araújo, quien intervino en la plenaria acusando a su compañera Victoria Sandino de tener procesos penales abiertos por violación mientras militó en las Farc, y al senador Carlos Felipe Mejía, que comenzó a gritarle a la bancada de las Farc sin solicitar el uso de la palabra. Los congresistas no fueron sancionados, pero se les pidió que esto no vuelva a ocurrir.

Sin uso de la palabra

Los senadores, la mayoría de los cuales hablaron con este Medio lo hicieron pidiendo el anonimato, coinciden en que debe haber una sanción por estos hechos que ya se han vuelto recurrentes.

Uno de los entrevistados recordó, como ya se mencionó, que el Presidente del Senado “tiene la posibilidad de sancionar a una persona que irrespete a un congresista con negarle el uso de la palabra”.

Además, sostuvo que los estatutos de los partidos, en su mayoría, incluyen sanciones como la de retirarle la capacidad de votar a un congresista. “Si está en sus estatutos como sanción la puede aplicar. La Comisión de Ética también puede sancionar a un congresista, habría que ver disciplinariamente cuáles son las sanciones que hay”, expresó.

Otro congresista advirtió que el incidente puede ser trasladado a la Comisión de Ética, “pero hay que tener en cuenta que el congresista dentro del recinto puede decir lo que quiera. Las agresiones fueron de orden personal. Puede haber un llamado de atención, que puede ir hasta una suspensión”.

Un congresista mencionó que este no es el primer episodio, si bien “el de la noche del martes fue uno de los más severos. Hay que pasar a un plano diferente. Lo primero sería un pacto de no agresión y de respetar las ideas. Y si esto no surte efecto, aplicar las sanciones contenidas en la ley. Este espectáculo hace que el Congreso pierda ante los ojos de los colombianos legitimidad”.

Algunos senadores señalaron a Mejía como el causante de estos incidentes. Uno de estos parlamentarios dijo que “él siempre está generando problema. Deberían reprocharle la actuación o si no él va a seguir con esos actos de insolencia. El asunto es que no hay posibilidad de sacar a estas personas del Congreso, pues de todas maneras representan a una parte importante de la sociedad y las sanciones corresponden únicamente a la jurisdicción contenciosa administrativa”.

Así mismo, otro congresista enfatizó que “Mejía debe ser sancionado con rigor, porque ya son varias veces en que ha incurrido en la misma conducta. Se le volvió costumbre gritar y maltratar verbalmente a sus colegas”.

Pero otro parlamentario fue más allá y acusó a toda la bancada del Centro Democrático de ejercer una agresividad constante: “Llevan agrediendo de manera constante a los miembros de las Farc, desconociendo que hay un proceso de paz. Es insulto tras insulto. Ellos han actuado con la paciencia y el pasado martes se salieron de casillas. Deberían llamar al orden, porque en el Congreso debe haber un mínimo de colegaje y respeto. Yo no sé cómo las Farc han tenido tanta paciencia después de todo lo que les han dicho”.