La barrera del lenguaje, el principal problema en Qatar | El Nuevo Siglo
Alejandro Avendaño/EL NUEVO SIGO
Martes, 30 de Noviembre de 2021
Alejandro Munévar

Alejandro Munévar, Especial para El Nuevo Siglo 

DOHA- Antes de viajar a Qatar en 2017 lo primero que hice fue averiguar un poco sobre la cultura, posteriormente indagar por el tema del lenguaje, a fin de cuentas siempre que se pueda uno comunicar, así sea por señas o mejor dicho se haga entender cualquier situación adversa se puede corregir o superar. 

En 2017 la respuesta que tuve al tema del idioma, fue que era más fácil volver a nacer que aprender árabe, lejos de la realidad no estaban, en tan corto tiempo iba a ser imposible aprender más de cinco o seis palabras, además me dijeron y con toda la razón que más del 80% de la población habla inglés por lo cual no iba a tener ningún problema de comunicación. 

En aquel entonces no tuve ningún problema, en aquel entonces recorría el mundo con los atletas colombianos que competían en la Liga de Diamantes y todo parecía muy bien organizado, hoy viéndolo en perspectiva podemos decir que aquel evento de un solo día no supone ni un 1% de dificultad respecto a lo que es este torneo Árabe de Naciones en cuanto a organización se refiere, en aquel entonces éramos 20-25 periodistas hoy somos cerca de 3.000 los que estamos aquí y el próximo año el número será mucho mayor. 

Y a mayor numero de visitantes, mayor será el problema con el idioma, a ver, la premisa de que el 80% del país habla en ingles, es verdad, pero el 20% restante tiene su cuento, por ejemplo, este lunes que fue el comienzo del torneo, desde muy temprano viajamos al estadio Ahmad Bin Ali, en donde juega James Rodríguez, un trayecto de 20 minutos en un bus de la organización se convirtió en una espera de 60 minutos debido a que la policía local, no lograba comunicarse con el conductor (Sam) de Uganda porque Sam hablaba ingles y los policías no. 

 

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No creo que hubiera falta de voluntad de los policías, ellos estaban haciendo su trabajo y nadie les había avisado que un bus lleno de periodistas extranjeros iba a pasar por su puesto de control y nadie le había dicho a Sam que tendría que convencerlos de que su trabajo era entrar con el bus hasta la puerta del estadio para dejar a sus pasajeros. 

La comunicación con la Policía fue básicamente imposible, más allá del “Salam Malekum” que dudo mucho se escriba así pero por cuestiones practicas así lo escribo para que lo pronuncien mientras leen, no pudimos hacer nada sino esperar, esperar a que los policías recibieran una llamada que se negaban a contestar y que Sam nuestro conductor tratará de calmar los ánimos explicando que la barrera del idioma es un problema inclusive para ellos que viven acá.  

Ayer tuvimos el tiempo de esperar y la paciencia, a fin de cuentas, al menos los que veníamos en el primer bus llegamos con suficiente tiempo, como para “curarnos en salud” sin embargo y a sabiendas de que el transporte interno de fanáticos y periodistas extranjeros siempre ha sido un problema en los mundiales de fútbol, de seguro habrá mucho en que trabajar para 2022, la organización tendrá que dotar de traductores a sus conductores o la policía tendrá que aprender ingles, o llevar traductores, porque en un mundial con tanta gente como se espera sea el del próximo año, la situación no será tan llevadera como la que tuvimos el día de ayer. 

Sobre el estadio donde juega James Rodríguez, realmente es espectacular.