De Radio Caracas a El Nacional, las voces que calló el régimen | El Nuevo Siglo
Foto Agence France Press
Domingo, 16 de Diciembre de 2018
Gilberto Rojas
“Ley Resorte” y “Ley contra el odio”, la cara legal de la censura en Venezuela

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“Volveremos en democracia”. Esta frase retumbó el jueves por la noche cuando se apagó la rotativa del, sin duda, periódico por excelencia en Venezuela, El Nacional. Esa fue la misma frase que se escuchó segundos antes de que la señal de Radio Caracas Televisión (RCTV) en 2007, dejara de ser transmitida en mi país.

Quizás estos han sido los medios de comunicación de mayor impacto que el chavismo, desde que se enquistó en todos los poderes públicos de la nación petrolera, se ha atrevido a cerrar, por diferentes métodos administrativos y legales, sí, pero al fin y al cabo a cerrar, y con ello cercenar un derecho fundamental como es la libertad de expresión en un país sumergido en una tragedia económica, política y social como nunca se vio dentro de sus fronteras.

Canales, emisoras, periódicos y webs e incluso sus periodistas, con nombre y apellido, se han visto señalados desde 1998, primero por el expresidente fallecido Hugo Chávez y ahora por el Jefe de Estado e hijo político del primero, Nicolás Maduro, como “conspiradores”, “fanáticos del odio” y “golpistas”, entre otros muchos epítetos. A raíz de esto han salido normas y leyes que buscan impedir el libre acceso a la información y decisión de estar informado del venezolano.

Una de estas leyes fue la muy nombrada “Ley Resorte”, en 2006, la cual sirvió de base para no renovarle la concesión a RCTV, sacar del aire a cientos de emisoras de radio y también multar y sancionar a otros canales como Televén y Globovisión, cuando “osaban” dar noticia sobre hechos que pusieran entredicho la gestión del “Comandante”.

Así como ésta, ya en 2017, la Asamblea Nacional Constituyente, un poder “supraconstitucional” que hace las labores del Poder Legislativo y que está en manos de la oposición venezolana, creó la “Ley contra el odio, por la convivencia pacífica y la tolerancia”, incrementando las sanciones para todo aquel que “promueva el odio” -dueños de medios y periodistas- hasta 20 años de cárcel.

Los datos

Desde la primera juramentación de Hugo Chávez en El Capitolio y según el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP), han desaparecido 61 periódicos venezolanos, no obstante, según la ONG Expresión Libre, de los 155 que existían en 1998 más de 80 han dejado de circular y al menos 30 han cambiado su periodicidad, pasando de diarios a semanarios o incluso dejando de salir en fines de semana.

El Colegio Nacional de Periodistas (CNP) también señala que hace 20 años al menos el 88% del espacio lo abarcaban medios independientes (aún no se contabilizaban las páginas web), al 2014 esa cifra se redujo al 46%. Al día de hoy se desconoce el porcentaje, pero con más de 200 emisoras cerradas, más de un centenar con una línea editorial afecta al Gobierno, todos y cada uno de los canales de televisión (Globovisión, Televén, Venevisión y Tves, sin nombrar los regionales) sin la posibilidad de dar noticia en tiempo real y con la negativa directa de no entrevistar a actores de oposición, se hace evidente que el número es sensiblemente menor.

La ONG Espacio Público, Caracas Press Club, PEN Venezuela y el SNTP informaron durante un seminario realizado a principios de noviembre del año en curso que “entre 2013 y 2018, 115 medios de comunicación social fueron cerrados en Venezuela (…) Durante esos cinco años 65 emisoras, 41 medios impresos cerraron, mientras que ocho canales de televisión no están disponibles en la señal abierta”.

En 2013 cerraron ocho medios de comunicación, cinco en 2014, ocho en 2015, cinco en 2016, 59 en 2017 y en 2018, van 30”, indicaron los ponentes en ese momento, todos viendo de reojo cuánto papel le quedaba a El Nacional y ya sabiendo que ni Tal Cual ni el Carabobeño volverían a verse en las calles de sus respectivas regiones.

Medios internacionales

Por la gran afinidad y cercanía de ambos pueblos, varios medios colombianos hicieron nichos en estados como El Zulia, Táchira, Trujillo, Mérida y Barinas, incluyendo emisoras de radio e incluso periódicos como El Tiempo o El Espectador que se vendían en la frontera y eran leídos por venezolanos que la cruzaban y se los llevaban a sus casas debajo del brazo.

Con los cierres de frontera esos impresos dejaron de verse y los canales y emisoras ganaron impacto, tanto fue así que durante las manifestaciones de 2014 en contra del gobierno de Nicolás Maduro, Conatel, el ente encargado de regular los medios de comunicación en Venezuela, sacó de la señal paga a NTN24.

Tres años más tarde, a CNN en español le tocó la misma suerte y así “cayeron” en pocos días El Tiempo TV, RCN TV, Caracol, Tv Azteca y Todo Noticias.

“No es un adiós, es un paréntesis”

Así y todo, el Internet ha sido la válvula de escape de casi todos estos espacios de noticia e información para poder seguir adelante. Por eso, el viernes en la sede de Caracas, la editora en jefe de El Nacional, Patricia Spadaro, afirmó que “no es un adiós es un paréntesis”.

“Quiero hablar en nombre de mi equipo de guerreros, de estos valientes periodistas que llegaron hasta hoy pese a todas las amenazas y ataques porque juntos resistimos (…) es un día triste, pero lo vemos como un paréntesis y pensar que desde cualquier plataforma que estemos, ahora será la digital, estaremos con la promesa de que el periódico impreso pueda volver a circular”, cerró Spadaro, no sin antes resaltar una frase del editorial del último ejemplar impreso: “Hola Nicolás, nos vemos en la web”.