El enigmático desierto que aloja uno de los ultramaratones | El Nuevo Siglo
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Miércoles, 5 de Diciembre de 2018

Una aventura deportiva se está desarrollando en el corazón del desierto de Ica, sorprendente por sus montañas de arena y la belleza del horizonte del océano Pacífico. Se trata del Half Marathon Des Sables Perú 2018, una de las competencias de mayor relevancia en la categoría de ultramaratón.

Con el paso de los años, este evento de alto rendimiento se ha convertido en un importante desafío tanto para aquellos deportistas que ya son expertos en ultramaratones, como para quienes comienzan en esta disciplina. Especialmente a los novatos les tocará descubrir la particularidad de esta carrera: todos los competidores cargan en su espalda con su alimento necesario para 4 días.

Entre los corredores de esta particular aventura están Guillaume Gomez, jefe de cocina del Elysée y chef del presidente francés, Emmanuel Macron; Nicolas Duplaa, corredor galo-vasco, quien desafía el HMDS Perú en alpargatas vascas; Patrick Poivre d’Arvor, periodista y escritor francés de 71 años quien se enfrenta al desafío deportivo del HMDS; y el ecuatoriano Edwin Ramón Ibarra que corre con los pies descalzos.

En esta edición, que culmina mañana, todos los corredores se enfrentarán a cuatro etapas y recorren 120 kilómetros del desierto de Ica, uno de los lugares más fascinantes de la costa central peruana.

Tanto para aquellos que participan en el Half Marathon Des Sables Perú 2018, como para quienes son espectadores, este evento resulta la excusa perfecta para conocer las Líneas de Nasca, una enorme red de líneas y dibujos atribuidos a la cultura Nasca, con un área de 350 kilómetros cuadrados aproximadamente y que fueron declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1994. Algunas de las figuras mejor logradas son el colibrí, el perro y el mono. De un mirador de 12 metros de altura se observan parcialmente las figuras de la mano y el árbol. Sin embargo, para apreciar los dibujos en toda su dimensión es necesario sobrevolar la zona en avioneta.

Además de sus impresionantes dunas donde es posible hacer picnics en carpas beduinas bajo las estrellas en medio de un relajante silencio. En el desierto de Ica destaca de sobremanera la laguna Huacachina. Un oasis verde en medio de la arena y tradicional lugar de descanso para los iqueños, conformado por un espléndido paisaje de palmeras, huarangos y donde se practica el sandboarding y recorridos a toda velocidad en tubulares (buggies).

El llamado “Ciruito Sur Chico” se complementa a su vez con las Islas Ballestas, una serie de formaciones rocosas que se encuentran en las costas del Pacífico, refugio de aves guaneras como el piquero, el guanay y el cormorán, lugar preferido de delfines, lobos marinos y simpáticos pingüinos de Humboldt; y con la reconocida Ruta del Pisco, que recorre las mejores bodegas de la bebida bandera del Perú para conocer su origen y catar sus variedades.