El Mayor Regalo | El Nuevo Siglo
Jueves, 6 de Diciembre de 2018

Que difícil es perdonar y más aún cuando el daño ha sido grande, cuando el ofensor no pide perdón, ni se arrepiente y menos repara. Perdonar es un acto de grandeza del corazón que mucha gente ofendida, ultrajada y perjudicada, cualquiera que haya sido el tamaño de la ofensa, esta ha quedado en lo mas hondo de su alma.

Sin embargo, la grandeza de espíritu a semejanza de Jesús, puede alcanzar lìmites de perdón insospechables. Para entender mejor este difícil y complejo asunto humano, vi una película recientemente estrenada en Colombia que se titula “El Mayor Regalo”, cine católico realizado por el productor español Juan Manuel Cotelo, quien se ha especializado en hacer documentos fílmicos de gran calidad, pero con un profundo contenido de vida.

En esta ocasión Cotelo se inspiró en una mujer colombiana, que como protagonista del conflicto armado en este país, durante 29 años se dedicó a buscar a victimas y victimarios para lograr cientos de perdón, que carcomían a muchas personas y así liberarse de ese dolor o culpa que destruye la vida de las personas.

Cotelo tituló la película: “El Mayor Regalo” para hacer entender pedagógicamente, que perdonar es el mejor regalo que puede recibir una persona, pues ya el Padre Nuestro lo sentencia concretamente “…perdona nuestras ofensas, así como como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden…”  

Perdonar es un acto de grandeza como se evidencia en el film que no voy a detallar, pues lo importante es evidenciar las historias ahí contadas, para entender como situaciones tan dolorosas pueden ser superadas, como el caso de una madre en el África que un hombre le mató a sus siete hijos y ella lo perdonó y el se perdonó. El documento narra hechos ocurridos en Francia, Estados Unidos, México, Colombia y Ruanda. No entro en más detalles pues no es igual a ver el documento que con gran realidad lo muestra.

En todo caso perdonar es un acto de valor, porque quien perdona también se perdona a sí mismo, algo quizás mas difícil aún cuando no haya existido reconocimiento, ni arrepentimiento, ni se pida perdón y mucho menos reparación. Conozco personas endurecidas y atormentadas por falta de perdón. Recuerdo hace unos años que visite un campo de concentración en la Alsacia y observé a una mujer con los ojos encendidos de odio y dolor, le pregunte que le pasaba y me dijo, aquí me violaron, me humillaron, tuvieron a mis padres y hermanos, cómo quiere que no odie y cómo puedo perdonar.

Yo estaba con un viejo judío que me había llevado a ese lugar, porque el también había sido victima y con toda la tranquilidad de su alma nos dijo: yo también estuve preso aquí y vi morir muchos amigos, me ultrajaron y perdí varios años de mí vida. Yo ya perdoné y libere mi alma, esta mujer todavía carga el dolor porque no ha podido perdonar.

Quienes quieran ver esa película, la recomiendo, se encuentra en los cinemas Cinemark de todo el país, deben hacerlo, les va a servir.

arangodiego@hormail.com