Inglaterra y España en América | El Nuevo Siglo
Domingo, 9 de Diciembre de 2018

Álvaro Gómez Hurtado, como profesor de Ideas Políticas en la Facultad de Derecho de la Universidad Javeriana, en la primera clase afirmó que “El mejor proyecto de desarrollo en la historia de la humanidad” fue el de España para América, y lo demostró con hechos indiscutibles. Jaime Duarte French, también profesor de esta materia coincidió con esta sentencia.

Ambos profesores destacaron las diferencias, abismales, entre Inglaterra y España como soberanos de sus territorios de ultramar. Para Inglaterra era ilegal enseñar, a los nativos, su idioma y su religión porque se podrían unir y sublevarse; solo se enseñó a los indígenas lo más elemental del inglés para que obedecieran las instrucciones que se les diera. Estimulaban las guerras entre las diferentes tribus para que se exterminaran entre ellos y le pagaban a los colonos por los cueros cabelludos de indígenas que entregaran a las autoridades inglesas (así confirmaban que los habían matado) y permitían la cacería de indio como distracción.  Nunca reconocieron la propiedad milenaria de los territorios de los indígenas. No se reconoció  la autoridad de los caciques sobre sus tribus.

Para España todo fue, radicalmente, lo contrario -sin desconocer los abusos  y crímenes de algunos de los conquistadores en los años del descubrimiento- según ordenó, en su testamento, la Reina Isabel la Católica:

Codicio del testamento. Capitulo XII (indios, su evangelización y buen tratamiento):

Ytem. Por quanto al tiempo que nos fueron concedidas por la Santa Sede Apostólica las islas e tierra firme del mar Océano, descubiertas e por descubrir, nuestra principal intención fue, al tiempo que lo suplicamos al Papa Alejandro sexto de buena memoria, que nos fizo la dicha concession, de procurar inducir e traher los pueblos dellas e los convertir a nuestra Santa Fe católica, e enviar a las dichas islas e tierra firme del mar Océano perlados e religiosos e clérigos e otras personas doctas e temerosas de Dios, para instruir los vezinos e moradores dellas en la Fe católica, e les enseñar e doctrinar buenas costumbres e poner en ello la diligencia debida, según como más largamente en las Letra de la dicha concessión se contiene, por ende suplico al Rey, mi Señor, mui afectuosamente, e encargo e mando a la dicha Princesa mi hija e al dicho Príncipe su marido, que ansí lo hagan e cumplan, e que este sea su principal fin, e que en ello pongan mucha diligencia, e non consientan e den lugar que los indios vezinos e moradores en las dichas indias e tierra firme, ganadas e por ganar, reciban agravio alguno en sus personas e bienes; mas mando que sea bien e justamente tratados. E si algún agravio han rescebido, lo remedien e provean por manera que no se exceda en cosa alguna de lo que por las Letras Apostólicas de la dicha concessión nos es inyungido e mandado.

Esta instrucción es la razón de nuestra Acta de Independencia que invita al Rey de España a gobernar en la América española, en respuesta a la invasión y captura del Rey, por parte de Napoleón.