Las causas y el dinero | El Nuevo Siglo
Jueves, 13 de Diciembre de 2018

En una campaña que hice para el Senado, un conocido me buscó para ofrecerme el financiamiento total de mi aspiración. Con plena seguridad me dijo que una gente del Valle había escogido varios candidatos a esa corporación y que yo era uno de sus prospectos. Pregunté quienes eran esos generosos donantes, me dijo el interlocutor que si aceptaba la oferta los conocería y además sería senador. Nunca los conocí y no fui senador.

Esa tentadora oferta como muchas, ha atrapado a numerosos políticos que abandonan sus causas o las venden sin importar las consecuencias, el dinero los devora y sus ideas quedan en activos que adquieren con ese dinero. Es triste ver en videos a reconocidos personajes públicos, líderes con inmensa votación, contando y guardando fajos de billetes en una bolsa plástica, otros acusados por sus mismos subalternos o por los donantes, unos cuantos encarcelados y condenados por recibir dinero de contratistas, de mafiosos y criminales.

Es desolador ver esos íconos de la vida pública, sean de izquierda o derecha, prohombres y mujeres prestantes del Congreso acusadas y enjuiciadas por corrupción. Las causas quedaron atrás, solo sirven para el discurso, son las muletas en que apoyan las ambiciones personales para hacer dinero. Ya no son las ideas las que mueven las causas, es la plata, son pocos los políticos que patrióticamente se entregan a defender al país y su gente, pero si los hay, que luchan solos, se hacen elegir con enorme esfuerzo aún a costa de sus patrimonios personales, exponiéndose en su integridad personal, en su buen nombre y defendiendo sus causas.

Pero entre ambas posiciones la que mas atrae es la del dinero, una gran proporción de los personajes públicos ingresan a la política como un excelente medio de producción. El poder, la fama y posición los atrapa de tal manera, que ciegos por la ambición penetran en asuntos oscuros que los subyugan y finalmente les llega el derrumbe.

Yo tengo un principio y es que lo único que no se sabe en la vida, es lo que no se hace, de resto tarde o temprano todo sale a la luz pública, de ahí que quien se introduce en algo ilegal se mantiene en un estrés permanente pensando en que momento lo suyo estalla, ahí no hay paz interior.

Todos en la vida hemos sido tentados a un mal proceder, nadie puede decir que no lo ha tocado, sea menor o mayor el hecho, unos lo han hecho pero han sabido corregir a tiempo, otros no, se han mantenido y otros tanto los han buscado.

He ahí la imperfección humana, la debilidad y el ardiente deseo de “triunfar” a lo que de lugar, sin pensar que la vida todo lo cobra, lo bueno y lo malo. Mientras tanto los titulares de prensa, las cárceles y los cementerios están repletos de esos que un día fueron la gloria y otro la vergüenza. El dinero devoró las causas, estas se han extinguido.

arangodiego@hotmail.com