Off the record | El Nuevo Siglo
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Martes, 11 de Diciembre de 2018
Redacción Política

Recorderis sobre Orozco

 

Muchos datos se trajeron a colación ayer a propósito de la designación del jurista Gilberto Orozco Orozco como el nuevo integrante de la terna que presentó la Presidencia de la República a la Corte Suprema de Justicia para designar el fiscal ad hoc que se encargará de llevar tres casos puntuales relacionados con el proceso Odebrecht (frente a los cuales el Fiscal General y la Vicefiscal presentaron impedimentos que les fueron aceptados por el alto Tribunal). Por ejemplo, el 25 de julio de 2008, cuando fue designado como Viceministro de Justicia, no existía la cartera de Justicia como tal, sino que el gobierno Uribe la había fusionado años atrás con la del Interior. Así las cosas, el ministro del Interior y Justicia era Fabio Valencia Cossio –nombrado un mes antes–, por entonces dirigente conservador pero que luego se pasó a las toldas del uribismo, al punto que hoy un hijo suyo (Santiago) es hoy por hoy senador del Centro Democrático, luego de ocupar una curul en la Cámara en el cuatrienio pasado.

 

La reforma que no fue

 

Un dato más. Orozco Orozco no llegó al cargo de Viceministro de Justicia, en este tramo del segundo gobierno de Uribe, como primera opción. En realidad se había designado inicialmente al jurista Edgar Sanabria Melo, quien no aceptó la nominación al cargo por razones personales y familiares de última hora. En ese entonces, al aceptar el cargo, el hoy integrante de la terna para fiscal ad hoc se presentó como un “guajiro, exmagistrado e hijo de la justicia”. Paradójicamente llegó al cargo cuando se estaba empezando a tramitar una reforma a la justicia y le tocaba entrar a defenderla en el Congreso, bajo la tesis de que buscaba optimizar la autonomía judicial. Paradójicamente, tras intensos debates con el Congreso y las altas Cortes, así como el escándalo de uno de los hermanos del Ministro, el presidente Uribe decidió retirar la reforma del Parlamento en octubre de 2008.

 

Réplica roja

 

A propósito de la entrevista dominical del presidente Iván Duque en EL NUEVO SIGLO, un parlamentario liberal llamó la atención sobre las palabras del Jefe de Estado en torno a que “…un gabinete no se puede cambiar en tres meses, ni en cuatro, ni en cinco ni en seis. Lo que estamos conformando es un equipo y un equipo para producir unos resultados en una obra de gobierno”. Para el congresista- que pidió la reserva de su nombre- esa afirmación del Primer Mandatario debe recalcarse en momentos en que desde algunos sectores “malquerientes del liberalismo” se quiere montar la “tesis mentirosa” de que el partido es el culpable del hundimiento de la reforma a la justicia en la Cámara de Representantes “dizque” porque quiere que el gobierno Duque nombre a un liberal en esa cartera.

 

Trastoque legislativo

 

Y hablando de la reforma judicial, su hundimiento la semana pasada, en medio del rifirrafe entre la Ministra del ramo y el Presidente de la Cámara, puso a pensar a varios titulares del gabinete que ya habían programado llevar al Parlamento a partir de marzo de 2019 o julio del mismo año, sus respectivas reformas sectoriales, bajo el entendido de que ya para entonces las reformas política, judicial y el paquete de proyectos de ley y acto legislativo anticorrupción estarían aprobados por el Congreso. Sin embargo, si el año entrante la agenda legislativa va a estar marcada, de nuevo, por la reforma judicial, eso le complica el panorama a otras reformas que estaban en segundo turno. Vea pues.