Cruzada por el empleo | El Nuevo Siglo
Jueves, 30 de Diciembre de 2021

Tasa de desocupación cerca de un solo dígito

* Hay 2,7 millones de personas aún sin trabajo

 

 

 

El combate al desempleo sigue dando buenas noticias. Por lo menos así se desprende del informe del DANE, del jueves pasado, según el cual la tasa de desocupación bajó en noviembre a 10,8%, una disminución de 2,5 puntos porcentuales respecto al mismo mes de 2020.

Está claro que el país ya volvió a los rubros de desempleo prepandemia, sobre todo si se tiene en cuenta que este indicador se encontraba en 12,2% en febrero de 2020, días antes de que se detectaran los primeros casos locales de covid-19. Lejos están, afortunadamente, esas infaustas épocas cuando el porcentaje de personas sin trabajo se trepó a más de 21% en medio de las drásticas cuarentenas poblacionales y la parálisis productiva. Se llegó a hablar, incluso, de cinco millones de colombianos sin cupo en el mercado laboral.

Si bien a finales de 2020 se veía un leve repunte en la generación de empleo, especialmente en la reactivación de plazas que se habían congelado por la crisis sanitaria, el año pasado fue el del despegue más definitivo, pese incluso a los dos picos pandémicos y el demoledor efecto de la oleada de paros, bloqueos y vandalismo en abril y junio.

Afortunadamente el segundo semestre fue muy dinámico en materia comercial, industrial, agropecuaria, infraestructura y de consumo de hogares, llegando en muchos indicadores a superar los que existían a finales de 2019 y el primer bimestre del año subsiguiente, antes de empezar el embate del coronavirus. De hecho, Colombia parece haber cerrado el 2021 con un crecimiento del Producto Interno Bruto cercano al 10%, evidenciando no solo el sendero sólido de la reactivación económica sino los resultados de un esfuerzo coordinado entre Gobierno, trabajadores y empresarios en medio del difícil reto social y económico.

No hay que olvidar que dentro del plan de contingencia activado para asistir a millones de familias golpeadas por la pandemia, uno de los elementos principales fue, precisamente, la protección de los puestos de trabajo. Para ello se activó el Programa de Apoyo al Empleo Formal (subsidios a la nómina) y los incentivos para las empresas que generaran nuevos empleos para jóvenes entre 18 y 28 años, e incluso mayores. Dada la persistencia de la crisis pandémica esas ayudas se extendieron en el tiempo a través de la Ley de Inversión Social. Un esfuerzo superlativo al que se han destinado más de siete billones de pesos.

Ahora bien, aunque es positivo que Colombia se esté acercando poco a poco a la posibilidad de bajar la tasa de desempleo a un solo dígito, ello no significa que ya se haya superado la crisis. Por el contrario, todavía hay más de 2,7 millones de personas sin trabajo y es claro que los subsidios e incentivos mencionados no pueden mantenerse de forma indefinida. Más temprano que tarde, una vez disminuya el impacto del covid-19, esas ayudas deberán empezar a marchitarse y tanto las empresas como las plantas de personal tendrán que adecuarse a las dinámicas propias del mercado laboral. Incluso, si bien fue histórico el acuerdo entre Gobierno, empresarios y sindicatos para dar vía libre a un aumento del salario mínimo mensual del 10% para este año, no se puede desconocer que una parte del mismo sigue financiada por recursos del erario. Igualmente, las tasas de subempleo continúan altas, así como el nivel de desocupación de las mujeres, sin duda entre las más afectadas por la contingencia sanitaria y su coletazo socio-económico.

En ese orden de ideas, uno de los principales retos para este 2022 será la generación de empleo, sobre todo de calidad y con valor agregado. No solo debe impulsarse un rendimiento superior de rubros como el de la construcción, el agro, la industria y el comercio, sino también en el sector de servicios, turismo e innovación. Para ello no solo debe mantenerse el ritmo de la reactivación económica sino aumentar los flujos de inversión pública y privada. Por igual, es imperativo evitar que el clima de negocios y el dinamismo empresarial se afecten o desaceleren en el primer semestre por cuenta de la incertidumbre sobre el rumbo político que tomará el país según el dictamen de las elecciones presidenciales y parlamentarias.

Como se ve, la cruzada contra el desempleo avanza pero todavía queda un largo camino por recorrer. La meta de una tasa de un solo dígito está cerca pero, como se dijo, todavía quedan más de 2,7 millones de personas sin trabajo, sin contar con la gran cantidad que sobrevive en el llamado ‘rebusque’ y otro tanto que, simple y llanamente, se cansó de buscar una plaza. Ofrecer una solución a todos ellos es una de las prioridades de este nuevo año.