GUILLERMO FRANCO CAMACHO | El Nuevo Siglo
Sábado, 12 de Diciembre de 2015

SAGITARIO

Meditar

“La vida occidental nace con Pericles”

 

De El Asombro de Heródoto (Editorial Brugera, Barcelona, 1975), de Werner Keller, se derivan reflexiones y curiosidades. El mundo griego tenía mayor dimensión en la antigüedad que en la actualidad y no existían las actuales fronteras políticas como Europa, Asia y África; el dominante concepto político de la ciudad-Estado impedía la noción moderna de nacionalidad y hubo, en las guerras médicas, griegos que lucharon a favor de los persas. Era usual visitar Asia Menor o Turquía y ahí se encontraba Troya; Libia significó África.

Egipto luce como el país extranjero más conocido por Heródoto y destaca el avance en la medicina, oftalmología en particular, con tratamiento para las ojeras y las cataratas; el embalsamamiento y sus tres clases; el faraón Neco construye “el primer canal de Suez”; la canalización del Nilo y de la zona pantanosa se destacarán luego como el impulso del desarrollo económico de la región bajo la tesis del “desafío y la respuesta” de Arnold Toynbee; el calendario con doce meses.

Es interesante el contacto con los escitas, o sea, los rusos actuales, quienes fueron vistos como guerreros formidables que convenía evitar y aquí entra la mitología: Heracles tiene un hijo con una mujer serpiente y nace Escita de quien descienden los reyes escitas; estos luchan contra las amazonas, las derrotan y se dan cuenta, al ver los cadáveres, que eran mujeres. Los antiguos griegos fueron más prudentes que Napoleón y Hitler al no invadir a Rusia y ¿sin conocer acerca de estrategia?

Ahora otros aspectos. El mundo se consideraba plano. Se inducía a las mujeres, en Babilonia, y por única vez, a “ejercer la prostitución sagrada”. Las cortesanas podían volverse famosas, inclusive en la política. Existía amistad entre el hombre y los delfines y estos representaban a Neptuno.

Siempre se supo que sus hazañas militares ubicaron a Ciro como El Grande pero el concepto disminuyó al ser vencidos sus sucesores, con relativa facilidad, por los griegos y Alejandro; se corrigió dicha impresión al conocerse un pronunciamiento suyo sobre derechos humanos, lo cual es una anticipación increíble, y saberse que poseía nobles cualidades humanas. Uno de sus oponentes más conocidos fue Creso, rey de Lidia, poseedor de inmensas riquezas, a quien perdonó la vida. La civilización occidental nace con Pericles: opinión de Keller y no de Herodoto.