La comisión de descrédito público | El Nuevo Siglo
Viernes, 2 de Agosto de 2024

Armando Montenegro ha demostrado en un oportuno artículo publicado en El Espectador que la comisión de crédito interparlamentario no se justifica en los tiempos actuales. existen otros instrumentos para controlar el endeudamiento público como la regla fiscal. Y la mayor parte de la deuda se contrae a través de la emisión de TES que no pasan por la comisión interparlamentaria. Esta comisión se ha convertido en un malsano foro que no sirve para nada distinto que para chantajear al gobierno o para servir de terreno fértil a la corrupción.

Para que la política fiscal sea transparente se requiere de funcionarios que tranquen a los parlamentarios, como parece ser el Dr. Acosta de crédito público. Al ministro de Hacienda parece que este modo de ser del director de director de crédito público le molesta. ¿No será por eso que no lo lleva a las reuniones que, en razón de su cargo, debería ser el primer invitado?

Ese afán de hacerse pasito con los parlamentarios y de acceder mansamente a todas sus solicitudes es lo que está a la base de la corrupción aterradora que estamos presenciando.

- Que no llevó al director de crédito público a la reunión de la comisión interparlamentaria de crédito público porque es agresivo con los parlamentarios, fue lo que dijo en síntesis el ministro.

Pero resulta que, como es obvio y de sentido común, si algún funcionario debía acompañar al ministro a una reunión decisiva como era la de la comisión interparlamentaria de crédito público en la que se discutía la ampliación del cupo de endeudamiento externo del gobierno era precisamente el director de crédito público.

El centro de gravedad del escandaloso caso de corrupción que se ha revelado estos días parece haber sido “la comisión interparlamentaria de crédito público” donde se va sabiendo que se compraron parlamentarios para obtener la ampliación del cupo de endeudamiento del gobierno nacional. Así las cosas, esta comisión debería pasar a llamarse de ahora en adelante la “comisión del descrédito público”.

El presupuesto presentado al congreso por $ 523 billones para la vigencia 2025 revela con crudeza la delicada situación fiscal que vivimos:

- La inversión pública que apenas llegará a $ 82 billones el año entrante, con una contracción del 17% frente al año pasado, queda en los huesos. En el momento que más se está necesitando un programa rápido y ambicioso contra cíclico del gasto público que ayude a sacar la economía de la postración en que se encuentra.

- El proyecto de presupuesto está desfinanciado en $12 billones que solo podrán incorporarse como gasto público hasta tanto el congreso apruebe una ley complementaria de recursos adicionales que se anuncia, y sobre cuyo contenido no se sabe mayor cosa a la fecha.